El origen del problema

En el tramo del río conocido como la
"Cola de San Pablo" se construyó hace muchos años, el Complejo
Hidroeléctrico Paute que genera buena parte de la energía eléctrica del país.


Aproximadamente 200 millones de m³ de agua se acumularon en
el sector, en el lapso de un mes. Más de sesenta casas quedaron sumergidas bajo
el agua. Además se cortaron las principales vías de comunicación, la carretera
Panamericana y el ferrocarril. La magnitud de la tragedia fue tan grande que,
un mes después, las autoridades no podían precisar el número de víctimas y la
magnitud de los daños.
Como el nivel del represamiento seguía subiendo, una serie de instalaciones fabriles, numerosas quintas y la propia capital del Azuay estaban seriamente amenazadas. Las autoridades tomaron una resolución dramática: con la ayuda de explosivos y de misiles de poco impacto, el dique fue debilitado y la fuerza del agua hizo el resto.
Como el nivel del represamiento seguía subiendo, una serie de instalaciones fabriles, numerosas quintas y la propia capital del Azuay estaban seriamente amenazadas. Las autoridades tomaron una resolución dramática: con la ayuda de explosivos y de misiles de poco impacto, el dique fue debilitado y la fuerza del agua hizo el resto.

Parecía que todo se había solucionado.
Cuanto la avalancha llegó al valle del
Paute, las aguas turbulentas abandonaron el cauce e inundaron las fértiles y
productivas vegas próximas al poblado. Pero lo peor estaba todavía por verse.


El torrente arrasó con todo, en las
manzanas más cercanas al rio, tumbó muros, rompió puertas y ventanas y penetró
en las casas colmándolas con un espeso lodo que acabó con muebles y
electrodomésticos y llegó a las manzanas más distantes inundando calles, patios
y huertas con más de un metro de agua lodosa, de olor nauseabundo.
El problema
luego del desfogue
En la zona de Paute, el desfogue de
las aguas del represamiento de La Josefina afectó una embotelladora de licores
y dos plantaciones de flores para la exportación, destruyó 2000 hectáreas
dedicadas a actividades agropecuarias y dejó inservibles 112 unidades agrícolas
campesinas. También se afectaron 36 fincas vacacionales y residencias de fin de
semana.
Las fuentes de trabajo asalariado y las actividades productivas rurales sufrieron un serio impacto que se prolongó por meses. Las vías de comunicación, las redes eléctricas y un canal de riego también se destruyeron, ello agravó la reconstrucción y la reactivación económica de la zona.
Las fuentes de trabajo asalariado y las actividades productivas rurales sufrieron un serio impacto que se prolongó por meses. Las vías de comunicación, las redes eléctricas y un canal de riego también se destruyeron, ello agravó la reconstrucción y la reactivación económica de la zona.
En los asentamiento humanos la
situación fue también muy grave: Lumapamba desapareció totalmente y se
destruyeron -o sufrieron serios daños- numerosas edificaciones en Paute, Zhumir, El Cabo, La Estancia, Chicti,
Tutucán, Uzhupud, Amaluza y Guachapala. En todos estos poblados las actividades
comerciales y los servicios se vieron afectados no sólo por los daños, sino
también por el desabastecimiento y la crisis económica posterior al desastre.
Los actores
de la reconstrucción y la reactivación

Es un artista notable; en numerosas iglesias, en los talleres comunales, en la hospedería pastoral, en la sede de CEDECO y en su propia casa en Paute, pueden observarse cuadros, vitrales y detalles de buen gusto que surgen de sus manos como guiadas por la mano de Dios.

Respetaron la voluntad de cada familia
de regresar al lugar donde estuvo su casa antes del desastre; permitieron que
cada una decidiera sus requerimientos de áreas y ambientes; y, no cometieron el
error de diseñar prototipos de vivienda para no generar desarraigos o
contradicciones culturales o sociales.
Meses después, cuando su labor tenía ya
positivos efectos, visibles en la zona, CEBEMO decidió emprender una evaluación
del proyecto; pidió al Comité Ecuménico de Proyectos (CEP) que buscará un
consultor para evaluar los resultados y… yo fui invitado para realizar ese
trabajo.
Viajé a Cuenca y luego a Paute y pude
conocer los detalles de la tragedia y los logros del proceso de reconstrucción
emprendidos por estos amigos en esa zona gravemente devastada y afectada.
De las notas del informe que presenté
como fruto de esa visita, he extraído algunos materiales para hilvanar estos
recuerdos y evitar que queden en el olvido luego del gigantesco esfuerzo de estos
colegas y de los magníficos resultados a los que llegaron en aquel momento.
Reconstrucción
y reparación de viviendas


CECCA promocionó la idea de que el objetivo de la acción no era "hacer casas" sino ayudar a las personas a que superen el impacto negativo del desastre; que encuentren un soporte para que dejen de considerarse "damnificados a perpetuidad".
Pérdidas
totales y pérdidas parciales


¿Ayuda, apoyo
o préstamo?
La situación económica de la mayoría
de las familias afectadas era muy conflictiva pues sus viviendas habían desaparecido
o estaban seriamente dañadas; también se habían afectado o perdido sus
cultivos, empleos o fuentes de ingresos.
CECCA decidió que las intervenciones se harían a título de ayuda o apoyo y no de préstamo pues la capacidad de pago de los beneficiarios era prácticamente nula al momento y se preveía que continuaría afectada por un buen tiempo adicional. Los más pobres no hubieran podido ser calificados como sujetos de crédito y la capacidad de pago de cualquier tipo de préstamo era casi nula en el resto de la población. Por ello esta fórmula resultó la más adecuada.
Un banco de
materiales y otro de mano de obra
El objetivo del proyecto era la
reconstrucción de las viviendas pero la población sufría al mismo tiempo de
otras necesidades y problemas igualmente prioritarios. Si las familias recibían
una ayuda monetaria, ésta habría podido encauzarse hacia otros requerimientos y
aún dilapidarse de muchas maneras.
CECCA decidió apoyar a la reconstrucción sin
entregar dinero, sino proporcionando materiales de construcción y pagando la
mano de obra requerida. Formó para ello un banco de materiales y otro de mano
de obra (albañiles, carpinteros, plomeros, cerrajeros, etc.) para abastecer a
las familias que emprendían la reconstrucción de sus casas.

Este propósito, sin embargo, fue
superado por el curso de los acontecimientos; en la práctica, la reconstrucción
comenzó a ejercer una demanda de mano de obra mucho mayor que la oferta y todos
quienes habían aceptado integrarse al banco de "mano de obra", pronto
comenzaron a cotizar cada vez más alto
su salario y optaron por trabajar para quienes podían pagarles más. Esta
situación fue de difícil control y por ello el rubro de mano de obra se elevó
considerablemente en todas las acciones del proyecto.
Talleres y microempresas
de producción de insumos para la construcción.

La decisión de hacer bloques fue
lógica porque se disponía de abundante grava y arena arrastradas por la
correntada. De otra parte, debido al mal estado de los caminos era más fácil
transportar cemento y ardex desde Cuenca que ladrillos o tejas desde algún otro
sitio. La decisión de hacer sólo las puertas de madera y confeccionar las
ventanas de hierro fue adecuada; no se generó una demanda excesiva de madera
-lo que habría encarecido ese material- y se brindó oportunidades de trabajo a
otros artesanos (cerrajeros).
Los
materiales de construcción

El microempresario cobraba luego del proyecto según en
número de unidades entregadas.
En muchos casos también se destinó un monto para el transporte de materiales hasta la construcción familiar. El material pétreo y los áridos requeridos para las edificaciones fueron extraídos del río y entregados a cada familia según un volumen previamente especificado. Para el efecto, el municipio proporcionó maquinaria y equipos (tractores, cargadoras, volquetes).
El problema
del tiempo: planificar o reconstruir.
La totalidad de familias afectadas
estaban viviendo en carpas en varios campamentos por lo cual la intervención
tenía que ser efectiva y rápida para que la normalización de la vida doméstica
y la reactivación de las actividades económicas y cotidianas pudiesen
producirse en el menor plazo.

La programación y planificación
arquitectónicas suelen entenderse como pasos para buscar mejores soluciones
técnicas y funcionales a los requerimientos de espacios de la gente y se
concibe al arquitecto como el sujeto capacitado para buscar esas soluciones y
realizar aportes estéticos y formales.
Sin embargo, el 80% de las edificaciones
del planeta no fueron hechas por arquitectos. Confiar en que la gente pueda
hacer sus viviendas no fue una medida equivocada. El mundo está lleno de arquitectos
descalzos. Es importante aprender a confiar en ellos.

No a los
prototipos de vivienda
Las edificaciones que debían
reconstruirse o repararse eran de muy diverso tipo, no sólo por su ubicación en
zona urbana o rural, sino también por el tipo de terreno donde debían
implantarse.
CECCA decidió no elaborar planos arquitectónicos pues prácticamente cada caso habría requerido una solución diferente. Por ello tampoco cometió el error de establecer uno o varios prototipos de vivienda; permitió que cada familia decidiera sus requerimientos de áreas y ambientes. Sin embargo dejó abierta la posibilidad de brindar asistencia técnica para la planificación y/o la construcción cuando ese apoyo fuese requerido y demandado por las familias beneficiarias del proyecto.
CECCA decidió no elaborar planos arquitectónicos pues prácticamente cada caso habría requerido una solución diferente. Por ello tampoco cometió el error de establecer uno o varios prototipos de vivienda; permitió que cada familia decidiera sus requerimientos de áreas y ambientes. Sin embargo dejó abierta la posibilidad de brindar asistencia técnica para la planificación y/o la construcción cuando ese apoyo fuese requerido y demandado por las familias beneficiarias del proyecto.
Cada familia
decidió sus requerimientos de áreas y ambientes
Cada damnificado diseñó su vivienda.
Esta resolución aumentó el entusiasmo de la población para intervenir y
participar en la reconstrucción. Uno de los graves conflictos que originan en
los usuarios los llamados "programas habitacionales" es la difícil
aceptación de un modelo único de pequeñas viviendas, repetido en largas hileras
y en interminables y monótonas manzanas. Esta decisión pudo ser cuestionable, pues
muchas casa quedaron inconclusas; pero ello no fue motivo de alarma; innumerables
familias de los sectores populares siguen construyendo su casa mientras la
habitan. Ello es parte de una estrategia de supervivencia. No pagan arriendo y
pueden acumular materiales y recursos hasta que les sea factible avanzar de a
poco. En algún momento acabarán su vivienda.
No elaborar
ni aprobar planos arquitectónicos

La decisión de eliminar los planos
como un requisito formal, (bien dibujados y presentados, revisados y aprobados)
fue una medida adecuada. Si se piensa que se requerían 150 planos de casas
nuevas y 198 levantamientos de edificaciones semi-destruidas (e igual número de
planos para su reconstrucción) pensar en planos aprobados, mientras la gente
vivía en campamentos y viviendas improvisadas, era realmente absurdo. La
reconstrucción no podía esperar. En casos de desastre, planificar sólo lo
indispensable y actuar de inmediato, parece la medida adecuada.
Asistencia
técnica
Se formaron comisiones de construcción
y control en las propias comunidades. Contaron siempre con asistencia
técnica (equipos de maestros mayores y
técnicos de CECCA). Con buen criterio, no se optó por formas, tecnologías o
sistemas constructivos "innovadores", sofisticados o desconocidos en
el medio, que hubieran podido generar rechazo en la población o problemas con
la calificación de la mano de obra. Los moradores de la zona y los obreros de
la construcción están familiarizados con tecnologías como el hormigón, la
mampostería de piedra, ladrillo, bloque,
etc. por ello las viviendas se construyeron sin problemas y en poco tiempo.
Reconstruir:
¿dónde?

CECCA contribuyó en la búsqueda y
adquisición de terrenos para algunas familias que debieron reubicarse ante un
peligro evidente o debido a la destrucción del terreno. En esos casos se les
brindó la oportunidad de seleccionar el sitio donde querían trasladarse.
Reconstruir:
¿qué materiales y tecnologías?
Se propició la reconstrucción de las
viviendas con los materiales y tecnologías preferidas por la población. Las
viviendas se construyeron con cimientos de piedra; plintos, columnas y vigas de
hormigón armado; muros de bloque prensado de cemento; cubiertas de ardex, pisos
de duela de eucalipto, puertas de madera, ventanas de hierro, cielo rasos de
estuco o madera contrachapada; enlucidos de cemento / cementína y pintura de látex.
Un intento de propiciar la reconstrucción
de las viviendas con materiales o tecnologías alternativas o el uso de sistemas
constructivos tradicionales (el tapial, por ejemplo); debe entenderse como un
proceso casi siempre largo y resultaba inconveniente en ese momento.
Reconstruir:
¿cómo?

Casas
comunales, centros infantiles, juveniles
y de ancianos
En ciertos casos CECCA emprendió otras
acciones que complementaban las anteriores, en acciones de beneficio colectivo
(construcción de casas comunales, un centro de capacitación o ayuda a la reconstrucción del centro
infantil, centro de ancianos y centro juvenil de la comunidad salesiana que
también fueron afectados por el evento).
Re-construir
un conglomerado social
En el Paute, el Equipo Pastoral y
CECCA propiciaron la re-construcción de un conglomerado social más que la
simple edificación de obras materiales. En cada barrio se crearon comités y
comisiones de construcción, distribución de materiales, fiscalización y control. La organización
comenzó en los propios campamentos donde las familias tuvieron que refugiarse
ante la perspectiva del evento y luego -cuando éste sobrevino-.
Del conjunto de comités salió
"Paute Construye", entidad que jugó un rol central en el proceso,
antes, durante y luego, de la reconstrucción. Un conjunto de palabras que
fueron seleccionadas como su carta de presentación, evidencian de manera
objetiva sus propósitos y sus logros: comunidad, cooperación, coordinación, colectividad,
cordialidad, creatividad, comunicación, cambio.
"Paute Construye" se conformó sobre la base de los Comités, CECCA, la curia y el municipio. Posteriormente actuó como un verdadero cabildo abierto donde se discutía los problemas, se analizaban soluciones y se tomaban decisiones inherentes a la gestión de la zona.
Se cumplió el propósito de esa forma
de entender la "re-construcción" que buscó apoyar con financiamiento
no sólo lo que tiene que ver con las edificaciones, sino también propiciar mecanismos
productivos y de desarrollo y fundamentalmente, formas alternativas de
participación y democracia.
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