Un peripato en el Parque Metropolitano Guangüiltagua
Como ya he
relatado, la gran cantidad de incendios forestales registrados en las últimas
semanas en Quito, me han hecho recordar los avatares que tuvimos que enfrentar en
relación al tema de los incendios y sus efectos sobre la biodiversidad, cuando
estuvimos a cargo del Parque
Metropolitano Guangüiltagua (PMG).
En junio de
2007 el Consorcio decidió convocar a un concurso privado de ofertas para realizar
un registro fotográfico y de video que sistematizara la biodiversidad del
Parque Metropolitano Guangüiltagua.
Recibimos diversas
ofertas y, luego de analizarlas, el 19 de julio contratamos los servicios
profesionales de “Activa TV”, para elaborar un registro en video y fotografía
de aves, reptiles, mamíferos e insectos en su hábitat natural del parque.
En el
contrato se establecía que “Activa TV” se encargará de todos los procesos
técnicos para la filmación y para el trabajo profesional de fotografía, para lo
cual formaría un equipo integrado por un realizador responsable, un asesor
científico, camarógrafo, fotógrafo y asistente.
Suscribí el
contrato con José Luis Goyes gerente de “Activa TV” y acordamos que el asesor
científico sería el biólogo Juan Manuel Carrión.
El trabajo
realizado por José Luis, Juan Manuel y el equipo de “Activa TV” fue muy profesional
y los resultados, desde todo punto de vista, científico, estético y documental,
realmente extraordinarios.
Pusimos toda
en un DVD que editamos con una versión resumida de los registros y entregamos
los resultados más amplios a “Vida para Quito”, para que esa valiosa
información sobre la biodiversidad del parque, se pudiera preservar como un
aporte a la ciudad, luego de nuestro tránsito temporal, a cargo de la gestión
integral del PMG.
A raíz del
grave incendio que se produjo el jueves 13 de septiembre de 2012 en el PMG,
Anita Torres que fue miembro de nuestro equipo como comunicadora del Consorcio
CIUDAD–Ecogestión escribió una nota en su página de Facebook en la que
manifestaba su desazón por esta noticia: “…que triste ver a mi parque así… lo
peor es que a la gente le importa poco la vegetación que se pierde y la fauna
que se afecta con los incendios: tucurpillas, chucuris, peripatos (encontrados
después de muchos años en este parque)…. Estoy enojada e indignada”…
Es que en
realidad el Metropolitano Guangüiltagua alberga una enorme cantidad de especies
de mamíferos, reptiles, insectos y aves que fueron recogidos en el registro al
que he hecho referencia.
Una de las
cosas más significativas que pudimos vivir en 2007, mientras se realizaba aquel
registro de la flora y fauna en el Parque Metropolitano Guangüiltagua fue el importante
hallazgo de un peripato.
Cuando nos
comunicaron la noticia, nos documentamos al respecto y Anita envió de inmediato
un boletín de prensa que daba cuenta del hallazgo:
“El biólogo Juan
Manuel Carrión y un equipo de Activa TV, mientras realizaban para el Consorcio
CIUDAD-Ecogestión, un registro en video de la biodiversidad del Parque
Metropolitano Guangüiltagua, encontraron y pudieron filmar y fotografiar un
peripato.
Los peripatos son animales muy raros de características intermedias entre los anélidos (lombrices) y los artrópodos (ciempiés).
De aspecto parecido a algunos moluscos, son animales blandos, con boca ventral y un par de apéndices cefálicos y numerosas patas. Sus dimensiones son muy variables, pues pueden medir de 1,5 a 20 centímetros.
La boca
posee mandíbulas quitinosas y un par de papilas extensibles dotadas de unas
glándulas que segregan un líquido mucilaginoso, del que el animal se sirve para
capturar sus presas, lanzándolo sobre ellas a distancias de 10 a 15 centímetros”.
La noticia
fue trasmitida en los diversos medios escritos, radiales y en los noticieros de
televisión. Periodistas del diario “La Hora” nos entrevistaron a Juan Manuel y
a mí y el jueves, 20 de Diciembre de
2007 “La Hora” publicó un extenso reportaje sobre este hallazgo tan
significativo:
“Éste es el
peripato encontrado en el Parque Metropolitano. Se parece a un gusano y a un ciempiés".
"Dentro de
los estudios de biodiversidad que se realizan en el Parque Metropolitano se
detectó la presencia de un espécimen raro. Se trata de un peripato, un bicho
que para los biólogos es considerado el eslabón perdido entre los gusanos
(anélidos) y los ciempiés (artrópodos).
La especie
es muy difícil de encontrar. Se conoce de su existencia en Australia y los
bosques de los Andes. Sin embargo y para sorpresa de muchos habita en este
parque quiteño.
Por esta
razón, el hallazgo ha sido considerado como importante. Y es que “refiere al
Metropolitano como uno de los espacios de conservación de especies muy rico,
pese a ser un parque dentro de la urbe”, señaló Mario Vásconez, presidente del
consorcio Ciudad Ecogestión.
Aunque sólo
se localizó a un espécimen (bajo un
tronco podrido), se cree que podrían haber más. La especie, después de haber
sido identificada y fotografiada, fue liberada en el mismo sitio.
Riqueza que
hay que cuidar
…el parque
no sólo alberga este tipo de especies, también otras, que con el crecimiento
urbano, ahora son difíciles de ver. Por ejemplo, en este espacio han encontrado
su refugio el pájaro carpintero andino, la culebra verde, la rana marsupial,
entre otras.
En este
marco, Vásconez llamó a la comunidad en general a cuidar a los animales. “El
otro día un visitante del parque se asustó al ver a una culebra verde y casi la
mata”, añadió.
Por eso el
presidente explicó que las especies que tiene el parque son únicas y
constituyen una reserva importante de biodiversidad. “Además no son dañinas”,
dijo.
Juan Manuel
Carrión, biólogo, tiene a su cargo parte de los estudios que se realizan en el
parque. De acuerdo al especialista, el hallazgo del peripato demuestra que en
Quito es posible conservar especies, incluso las más extrañas.
“El parque Metropolitano
así como el Itchimbía son espacios de protección y conservación de la biodiversidad.
Por eso hay que respetarlos y promover en ellos la reproducción de las
especies, así no se afecta el ecosistema”, concluyó Vásconez.
Proyectos
El Consorcio
tiene previsto realizar proyectos de manejo adecuado de los bosques. Esto
ayudará a preservar flora y fauna nativa de Quito. La implementación de lagunas
para generar la reproducción de anfibios y flora acuática están entre las ideas”.
El hallazgo
según Juan Manuel era bastante extraordinario pues si bien se conocía la
existencia de este animalito en los Andes ecuatorianos y existían descripciones
sobre sus particularidades físicas, alimenticias, reproductivas y su hábitat o
medio de vida, casi no se disponía de registros fotográficos y menos aun de filmaciones del peripato.
Juan Manuel
nos contaba que cuando él estudiaba Biología en la Universidad Católica, uno de
sus profesores ofreció a los estudiantes una nota excepcional y la promoción de
año sin el requisito del examen final, si podían aportar una foto del animalito
para los registros de esa casa de estudios. Sin embargo, en los cinco años de
su carrera, a pesar de haber realizado numerosas salidas de campo a todas las
regiones del país, jamás pudieron encontrar al dichoso peripato.
Nos comentó
que en los casi veinte años de trabajo profesional tampoco había podido toparse
con el bicho y el ofrecimiento de su maestro siempre le siguió rondando en la
cabeza… incluso llegó a pensar que el peripato ya no existía en esta región del
planeta y por eso la generosa oferta de aquel profesor…
Juan Manuel
nos aclaró también el origen del nombre de este singular personaje que -de un
dia para otro- se convirtió en una celebridad en los medios de comunicación. El
nombre del peripato biene de las raíces peri = muchas y patus = extremidades.
Me metí a
Internet y pude encontrar más datos del animal: su nombre común es “Peripato”,
en inglés se lo conoce como “Velvet Worm” (Gusano de terciopelo o aterciopelado) y
su nombre científico es: “Peripatus”, del tipo “Arthropoda”, de la Clase “Onychophora”
y de la Familia “Peripatidae”.
Según un
reporte de la profesora brasilera Lúcia Helena Salvetti De Cicco las
principales características del peripato son las siguientes:
“Características
físicas: Los peripatos presentan un cuerpo alargado, con veinte pares de
patas lobuladas. Estas patas son igualmente gruesas cuando están comprimidas y cuando
están alargadas, no son articuladas y forman pequeños apéndices tronco-cónicos
de aspecto seco, corrugado y cubiertos de pelo. La cabeza tiene dos antenas
que, como todo el cuerpo, están cubiertas de pelo y constituyen el órgano del
tacto y del gusto.
El peripato
es descendiente -ligeramente modificada- de un animal que desde hace cientos de
millones de años constituye el eslabón entre los anélidos (lombrices) y los
artrópodos (ciempiés).
Se sabe que
el peripato tiene un mecanismo de defensa bastante curioso. Al sentirse
amenazado, expulsa una sustancia que, en contacto con el aire, se convierte en
una tela viscosa y pegajosa a la que se adhiere el depredador. Mientras éste
trata de limpiarse el peripato se bate en precipitada retirada.
Reproducción: Su
reproducción es muy original: el macho deposita una cápsula de esperma en
cualquier punto en el cuerpo de la hembra y a continuación, el sistema de
sangre de la hembra atraviesa la piel hasta este punto, lo que permite el
encuentro del espermatozoide con el óvulo. Son animales que presentan los dos
sexos, masculino y femenino. La determinación del sexo puede realizarse a
través del número de "patas lobuladas", ya que los machos tienen de
24 a 26 pares y las hembras de 26 a 28 pares de lobópodos.
Alimentación: el peripato
es un carnívoro nocturno. Son animales que se alimentan de insectos y arañas.
Poseen una interesante estrategia alimentaria y de defensa, que consiste en la
inmovilización de la presa a través de un chorro de moco, producido por un par
de glándulas adhesivas, que es lanzado por dos papilas orales situadas
alrededor de la boca. La secreción se endurece casi inmediatamente, envolviendo
a la presa en una red de filamentos
adhesivos. Su plato favorito son las termitas, (Reticulitermes lucifugus) comúnmente
conocidas como hormigas blancas.
Longitud: 2,5 a 7,5
cm
Hábitat: vive en
cavidades naturales donde predomina la humedad del suelo, con claridad débil o
inexistente y una temperatura constante por debajo de 20 º. Se encuentran a una
profundidad de aproximadamente 30 cm en lugares húmedos, debajo de la cubierta
vegetal que proporciona un adecuado sombreado”.
Cuando estuvimos
a cargo del Parque Metropolitano Guangüiltagua, uno de los miembros de nuestro
equipo era Bolívar Romero, arquitecto de profesión, pero además, un apasionado
estudioso y gran conocedor de temas culturales y saberes ancestrales.
En el equipo
del parque él era el encargado de los temas terrenos de nuestras tareas en el
Metropolitano, las edificaciones, el mantenimiento, la seguridad, la
jardinería, la limpieza, el cuidado de la infraestructura y el control de
nuevas construcciones; temas todos, más bien ligados a su profesión de
arquitecto. Sin embargo Bolo siempre estuvo preocupado por una serie de temas de
las culturas referidos a los moradores precolombinos de nuestro territorio.
En las
fechas de los solsticios y los equinoccios, con el apoyo de Mayra Calderón, de
Anita Torres (nuestra querida “Pequitas”), de Julia Jaramillo y de otros
colegas, dio vida a una serie de festividades y rituales como las del “Mushuc
Nina“ o “Fuego Nuevo”, el “Cápac-Raymi”, el “Inti-Raymi”, las ”Pamba Mesas” y
otras; tendientes a hacer conocer al público pero también a nuestros
guardabosques y colaboradores en las tareas de mantenimiento, sobre las
expresiones, los conocimientos y las
formas de celebración de nuestros ancestros.
Apenas se
enteró del hallazgo del peripato en el PMG, Bolívar se puso a investigar sobre
ese asunto en los numerosos documentos que maneja sobre las culturas andinas y
encontró en una cerámica precolombina -no sé de qué cultura- una magnifica representación
gráfica del peripato, bellamente diseñada como decorado de una vasija.
En ese
dibujo se pueden ver las antenas, la boca, las numerosas patas y el cuerpo
plegado de este eslabón entre las lombrices y los ciempiés; en este caso… un
eslabón “no tan perdido” pues “lo encontramos”, durante nuestra gestión en el
Parque Metropolitano Guangüiltagua…
Ojalá que la
acción de los pirómanos no haga que desaparezca o se oculte por otros
quinientos años…
de verdad es tan difícil encontrarlos?... yo los he visto a 40 minutos de mi casa...
ResponderEliminar¡ ENHORABUENA hallazgo de Perypatus¡ Aunque llevo 18 años investigando y buscando moluscos terrestres por todo el país, solo de casualidad he encontrado en dos localidades y casi 7 años muestreando el P Metropolitano y no los he encontrado. Al respecto de mi segundo hallazgo fue en el campus de la universidad ESPE, donde soy docente e investigador: realice un estudio y una publicación (donde resumo lo poco que se sabe de estas especies en el país sin ser un experto en el tema envió el link Revista Geospacial núm. 1. (2011)8:23-33) “NUEVA LOCALIDAD DE OROPERIPATUS QUITENSIS (PERIPATIDAE-ONYCHOPHORA) EN EL ECUADOR. CONSIDERACIONES BIOGEOGRÁFICAS” Pese a su importancia no tuvo ninguna repercusión, dentro del país e incluso dentro de mi universidad, y lo intentamos, aunque si tuvo alguna acogida internacional, por lo que comparto el sentimiento del colega profesor de la anécdota la búsqueda de Juan Manuel Carrión, la mía propia y los escritores de este post, para que se tome conciencia y se proteja el Parque y muchas otras áreas Protegidas del Ecuador.
ResponderEliminaryo los he visto en la provincia de tungurahua y para mi son comunes ahi.
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