jueves, 8 de octubre de 2015

Bolivia 1: Sabiduría ancestral boliviana y cómo conseguir mesa en un restaurante de Barcelona




Hace pocos días escribí una crónica sobre las relaciones de CIUDAD con DESCO y CIDAP del Perú. En aquel texto, hablaba entre otras cosas de la famosa “gira europea” que emprendimos para conseguir apoyo financiero para un programa regional llamado Red-Des.


Una de las personas que leyó ese relato fue Humberto Vargas, colega y amigo de Cochabamba, Bolivia, a quien todos conocemos como Tito, uno de los implicados en esa gira...

Luego de leer ese relato, Tito escribió un afectuoso comentario en el que entre otras cosas me preguntaba: ¿te acuerdas del uchuj churampaj urmacunampaj?.

¡Por supuesto que recuerdo esa célebre frase!, es más me ha servido de inspiración para poder escribir el presente relato.

El programa Red-Des se preveía desarrollar durante tres años, en localidades intermedias de siete países de América Latina (Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela); apuntaba a la formación de agentes de cambio para una gestión democrática y participativa para el desarrollo local, con énfasis en la gestión ambiental sostenible. El programa iba a ser impulsado por nueve ONG de la región: CERES (Bolivia), POLIS (Brasil), FORO y CEHAP (Colombia), SUR (Chile), CIUDAD (Ecuador), DESCO y CIDAP (Perú) y CESAP (Venezuela). 

En octubre de 2001 con un grupo de colegas de la mayoría de esas instituciones emprendimos en Barcelona un periplo por doce ciudades de seis países europeos: Barcelona (España), Lyon, Lille y París (Francia); Bonn, Aachen, Colonia y Stuttgart (Alemania); Liege, Brujas y Bruselas (Bélgica) y La Haya (Holanda).


Programamos esa gira para buscar apoyo de diversas agencias de cooperación con miras a presentar a la Unión Europea la propuesta “Red-Des” cuyo nombre completo era más complicado: “Gestión local para un desarrollo sostenible: construyendo participación, conocimiento e innovación”.

Vimos que resultaba indispensable conseguir apoyo de varias agencias europeas de cooperación para poder presentar “Red-Des” a la siguiente “convocatoria” o “concurso de propuestas” que abriría en Bruselas, la Comisión Europea.

Conseguir el apoyo de ONG de cooperación en Europa no era sencillo, pues no sólo debían estructurarse en Consorcio para presentar conjuntamente la propuesta, sino que debían garantizar la consecución del 15% del presupuesto, de fondos privados europeos, para que la propuesta pudiese pasar los complicados filtros del concurso.

Así que planificamos una “gira europea” para conseguir “vender” la idea a diversas agencias de cooperación.

Con el apoyo de Carlos Guerrero, director de ASDE, planificamos el recorrido, las citas, las reservaciones de hotel y la logística. Se debían prever visas, cambios de moneda (en esa época todavía no se había introducido la moneda única europea), escalas, alimentación, etc. Todos llegamos a Barcelona entre el 29 y el 30 de septiembre y del 01 al 12 de octubre realizamos ese maravilloso periplo.

Los involucrados en ese viaje fuimos: Tito Vargas y Natalia Vega de CERES-Bolivia, Rafael Rueda de CEHAP-Colombia, Esperanza González de FORO-Colombia, Olga Segovia de SUR-Chile, Mario Vásconez y Jorge García de CIUDAD-Ecuador, Samuel Yánez de CIDAP-Perú, Abelina Caro de CESAP-Venezuela y Carlos Guerrero de ASDE-España; los colegas de DESCO-Perú y POLIS-Brasil no pudieron sumarse a la gira porque el tiempo transcurrido desde que se les invitó a sumarse a la iniciativa y la fecha del viaje fue en realidad muy corto. 


Pero vamos al grano, en relación al tema de esta historia.

El lunes 01 de octubre tuvimos una primera reunión de trabajo en ASDE para convenir cómo íbamos a hacer la presentación de la propuesta a cada agencia. 

En la tarde tuvimos una reunión sobre aspectos logísticos para discutir una serie de detalles, acuerdos y reglas para garantizar la eficiencia del plan previsto para la gira; la eficacia de ésta y la convivencia entre nosotros (en temas como tabaco, bebidas, hora de dormir, hora de levantarse, volumen y tamaño del equipaje…), etc.

A las 20h30 ASDE invitó a una cena para cerrar la jornada de trabajo en un magnífico restaurant en la Plaza Real. 

La Plaza Real de Barcelona, también conocida como la Plaza de las Palmeras, limita con la Rambla por un costado y con la entrada al Barrio Gótico de la ciudad por otro. 





La plaza, de corte neoclásico, fue concebida por el arquitecto Daniel Molina a mediados del siglo XIX. 

En su diseño, el autor jugó con los espacios entre pilastras, para dar la impresión de que la plaza es cuadrada y dejó varios pasajes en las arcadas para conectar la plaza con las callejuelas del trazado medioeval de la ciudad antigua.

Este acogedor espacio público cuenta con numerosas palmeras de varios tipos, la magnífica fuente de las Tres Gracias, levantada en 1876 por el artista Antoine Durenne y las farolas que la iluminan de noche, obra del célebre arquitecto Antonio Gaudí, autor de la Sagrada Familia, el Parque Güell, las casas Milà y Batlló y muchos otros monumentos, ahora patrimoniales, de la capital catalana.   



Las arcadas y las palmeras ha hecho que esta plaza sea un lugar atractivo, tranquilo, sombreado y fresco, para descansar.


A sus costados, cobijados por los portales que la limitan, se han abierto restaurantes y cafés de todo tipo, con terrazas donde los turistas suelen tomar una bebida o comer algo, mientras escuchan interpretaciones de una variada oferta de músicos y cantantes u observan a pintores, malabaristas y saltimbanquis que amenizan ese espacio a cambio de unas pocas monedas.










Entre los numerosos restaurantes de la Plaza Real uno de los mejores es “Les Quinze Nits”, tanta es su fama que entre las ocho y las diez de la noche se puede apreciar una larga fila de personas que pacientemente esperan por una mesa en este cotizado restaurant. 

Para conseguir un asiento en el interior o en la terraza, la espera dura generalmente entre veinte y treinta minutos. Carlos nos advirtió que vale la pena esa espera, pues la oferta y calidad de los platos era excelente. Y según pudimos apreciar después, al revisar la carta, también los precios son más que razonables.


Carlos nos explicó que uno de los atractivos del restaurante es que no se aceptan reservaciones previas, todo el mundo debe ir armado de paciencia y hacer la fila respectiva para poder sentarse a la mesa y comenzar a disfrutar de  sus platos y bebidas.


“Les Quinze Nits” se autodefine como un restaurante:”elegante y formal” (aunque con ciertos con aires modernistas) que le dan un carácter propio. Resulta atractivo para los parroquianos por el equilibrio logrado entre la calidad de su gastronomía y lo acogedor de sus espacios. 
 

Su cocina tiene como fundamento la tradición mediterránea (aunque apuesta por una cocina con ligeros toques contemporáneos). En su carta se lee que allí se ofertan “recetas de toda la vida, cocinadas a fuego lento y con los mejores ingredientes del mercado en un ambiente acogedor que irradia una sofisticada calidez”.


Nuestro grupo estaba conformado por los diez viajeros más dos colegas de ASDE (Janeth Solá y Ana Notó). En total doce personas. Llegamos a la Plaza Real y luego de una rápida vuelta para admirar ese lugar, identificamos el restaurante y nos pusimos a la fila.

Cada cierto tiempo aparecía un asistente y preguntaba ¿dos personas?... la primera pareja que se encontraba haciendo fila, se identificaba e inmediatamente era conducida a una mesa libre… El elegante aprendiz de “maître” aparecía y preguntaba ¿tres personas? o ¿cuatro?... y una vez verificados en la fila los grupos de tres o cuatro comensales que correspondían a la disponibilidad de mesas, éstos eran guiados hacia aquellas que se habían liberado.

Los minutos iban transcurriendo y vimos ingresar antes que nosotros a numerosas parejas, tríos, cuartetos y aun a grupos de seis o siete personas… pero nosotros éramos doce y no era fácil disponer de una mesa libre que diera cabida a tanta gente, sobre todo que habíamos manifestado el requerimiento de sentarnos todos juntos y no en grupos menores cada uno por su lado.

Luego de algo más de una hora de espera, el joven asistente nos dijo que una mesa en la que estaba cenando un grupo de turistas americanos se liberaría en breve y nos señaló su ubicación para que la pudiésemos monitorear.

Vimos que efectivamente casi todos estaban por terminar su plato fuerte. Pero luego de un tiempo adicional de espera, pidieron la carta de los postres y tuvimos que soportar largos minutos de discusiones, indecisiones y combinaciones hasta que todos hicieron su pedido.

Cuando los postres estaban casi liquidados… vimos con terror que la mayoría pedía una taza de té o de café e incluso algún bajativo. Varios de estos personajes pidieron habanos y se dedicaron a echar humo con la barriga repleta y una sonrisa beatifica en el rostro (en esos años todavía se permitía fumar en las terrazas de los cafés y restaurantes).

Cuando pensábamos que por fin se levantarían para partir, una dama (vestida con estrechas bermudas de un estridente verde perico, blusa floreada con detalles de color fucsia y naranja, gorra de beisbolista y lentes con moldura de color blanco) sacó de su enorme bolso azula añil un sobre con fotos…Comenzó a hacerlas circular entre sus amigos, todos se dedicaron a comentarlas y reían estrepitosamente… algunos pidieron otra ronda de brandy y varios otra taza de café… 

Estábamos al borde de la desesperación y de la indignación… (Sólo quedábamos nosotros en la fila al entrada del restaurante).

Fue cuando Tito nos comentó que en Bolivia en esos casos era casi obvio que se recurriera al uso de la -ahora célebre- frase "uchuj churampaj urmacunampaj".

Tito explicó que esa frase de la lengua quechua se la usa para asustar o causar una ligera mortificación a la persona a la que se dirige. Por ejemplo si un campesino encuentra a una pandilla de muchachitos que han saltado la tapia de su huerto con intenciones de darse un festín con las frutas maduras, el dueño del predio, a más de corretearlos a grito partido, para poner a los traviesos malandrines en fuga inmediata, les suelta la frase: "uchuj churampaj urmacunampaj" para que al saltar la tapia se resbalen o la cruzar la acequia, den un traspié y se den un merecido chapuzón…

Una vez que comprendimos el principio de la frase y luego de repetirla varias veces, fuimos capaces de recitarla de corrido, los doce nos dimos a la tarea de  dirigirla hacia la mesa de los gringuitos que seguían riendo a mandíbula batiente, fumando y tomando brandy sin preocuparse de nosotros…

El resultado fue inmediato. Tanto que nos tomó a todos de sorpresa… Sin mediar nada, tres o cuatro de esos estridentes comensales se levantaron y comenzaron a reunir sus bolsos, cámaras y mochilas para disponerse a partir… Todos los imitaron… Ni siquiera pidieron la cuenta, el que hacía de líder del grupo se acercó a la caja y comenzó a arreglar las deudas…

Nosotros estábamos ya instalados en esa famosa mesa cuando se acercó para dejar algo de propina  para los meseros. Los otros ni siquiera le esperaron todos abandonaron “Les Quinze Nits” como si les persiguiera el espíritu de Gaudí. 

Él estaba en cambio muy contento con nosotros pues en el grupo, al menos la mitad éramos sus colegas y todos, admirábamos su obra.

Una vez instalados en esa gran mesa conseguida con paciencia y tenacidad pudimos recibir la carta del restaurante y pedir varios de sus deliciosos platos que dimos cuenta con hambre y alegría acompañadas de buenos vinos y gran optimismo pues al día siguiente íbamos a comenzar nuestro periplo por Europa. 




La frase se hizo recurrente en nuestra gira y la aplicábamos cada vez que la requeríamos para salir de apuros.

Esta es la historia del "uchuj churampaj urmacunampaj" que la dedico a Humberto y a su esposa Natalia (al Tito y a la Niña, como les llamamos con todo afecto los amigos).


2 comentarios:

  1. Espectacular .I querido amigo. La lectura de este episodio de tu vida fue un relax reconfortante....gracias.
    vhdv

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  2. MARITO, !!! qué belleza!!! y tan deliciosa y sabrosamente escritos. Estamos (Tito y Niña) extasiados y releyendo esos bellos goces de la vida que nos pegamos los 10 Mosquete... (as y os). El sortilegio quechua " uchuj churampaj ... " es uno de los saberes ancestral y lo seguimos usando por que surte efectos deseadísimos ... , muchos niños y aún mayores utilizan medio en broma, medio en serio, para que su amiguita o amiguito se caigan de un árbol o donde estén trepados haciendo fechorías, etc. En especial por la palabra "... urmacunampaj" que quiere decir "para que te caigas"; sin embargo, comprobamos que funciona excelentemente para otros menesteres "bien pensados o deseados" al estilo de los que aconsejan piensa bien y lograrás atraer. Primera parte, ABRAZOTES Tito-Niña

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