domingo, 25 de octubre de 2015

Ecuador 78 Rodrigo Barreto y el Proyecto “Agua - Desarrollo”



Hace poco escribí un relato sobre el viaje que emprendimos con mi amigo Rodrigo Barreto para participar en el II Foro Mundial del Agua en La Haya en marzo del año 2000.
Rodrigo presentó una ponencia sobre el Proyecto “Agua-Desarrollo” que él había coordinado en CIUDAD entre 1993 y 1995.


Al ir armando ese relato me vinieron a la mente todos los detalles referidos a la concepción, tramites y ejecución del proyecto “Agua-Desarrollo” así que he decidido consignarlos en este texto.

La cosa fue más o menos así:
En los primeros meses de 1992 estuve en Bonn en un seminario organizado por el Secretariado Internacional del Agua - SIA, conjuntamente con Voluntarios de Naciones Unidas - VNU.
El programa de Voluntarios de las Naciones Unidas es una organización de la ONU que tiene su sede en esa ciudad  alemana, desarrolla actividades en más de 140 países en todo el mundo y es representado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
En ese encuentro nos propusimos que las ONG de diversas latitudes que integrábamos el SIA, íbamos a preparar una serie de proyectos para tratar de implementarlos conjuntamente con VNU. Las propuestas debían tener relación con la temática del agua y el medio ambiente, garantizar la participación comunitaria, fortalecer el rol de la mujer y deberían implementarse dando un rol activo a jóvenes de la comunidad, que -según un concepto que había desarrollado VNU-, se denominaban “eco-voluntarios”.
Diego Carrión era Director de CIUDAD y bajo su coordinación habíamos implementado en esa época dos proyectos vinculados al tema propuesto: el proyecto andino FORHUM (Formación de recursos humanos para la gestión del hábitat), que fue financiado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos (en el que CIUDAD participaba junto al CEHAP de Colombia, CIDAP de Perú y CERES de Bolivia) y el proyecto “Vida en las Laderas” que fue financiado por la Unión Europea e INTERMÓN de España, que CIUDAD ejecutó con la participación activa de la Federación de Barrios Populares del Noroccidente de Quito – FBPN-Q
A mi regreso a Quito conversé con Diego y decidimos hacer una propuesta que diera continuidad a las acciones implementadas en esos dos proyectos. Así que me dediqué como una tromba a preparar un proyecto para hacer realidad esa iniciativa SIA - VNU en el Ecuador.
En tiempo record elaboré la propuesta titulada “Agua-desarrollo” – “Participación comunitaria en la gestión del agua y el hábitat en los barrios populares del Noroccidente de Quito”, para que el SIA pudiera presentarla a VNU. En ella se planteaba también la participación de la FBPN-Q. Me entrevisté con su presidenta, Martha Rodríguez y una vez que le conté los fines y metas del proyecto, estuvo de acuerdo en participar en esta iniciativa de forma conjunta.  
Los Principios Básicos sobre los que se planteó el proyecto eran los siguientes: a) Colaboración (Acción conjunta de organismos Internacionales, ONG y la comunidad); b) Participación (Discusión, búsqueda de solución a los problemas y realización de trabajos de manera colectiva); c) Apoyo a la acción local (Las acciones apuntarían a generar políticas urbanas alternativas -actuar localmente  pensando globalmente- y d) Fortalecimiento del rol de la mujer y los jóvenes (en la ejecución del proyecto participarían jóvenes eco-voluntarios, hombres y mujeres). 

En esa época yo era sub-Director de CIUDAD y a la vez me ocupaba de la coordinación de Agua y Saneamiento de REDES (Red de Estudios de los Servicios Urbanos en América Latina) que habíamos creado en 1985, así que en el proyecto preví también la participación de REDES.

“Agua-Desarrollo” se planteaba como un  ejemplo de acciones ejecutadas de manera concertada por diversos agentes y actores: un organismo multilateral (Programa de Voluntarios de Naciones Unidas - UNV), una ONG internacional (Secretariado Internacional del Agua - SIA), una red regional (Red de Estudios de los Servicios Urbanos - REDES), una ONG local (Centro de Investigaciones CIUDAD), una organización de la comunidad (Federación de Barrios Populares del Noroccidente de Quito -FBPNQ) y un grupo de eco-voluntarias de base (Comité de mujeres).
Sin embargo nos topamos con un problema complicado: el sistema de VNU no es propiamente una entidad de cooperación prevista para financiar proyectos en los países en desarrollo. Su misión es enviar voluntarios a esos países para colaborar, apoyar e incluso dirigir esos proyectos. En muchos casos incluso, carece de fondos para esas intervenciones y su rol se limita al envío de voluntarios pero su viaje, alojamiento, manutención y salario deben ser cubiertos por la entidad receptora. Eso no resulta difícil cuando la relación se genera con entidades gubernamentales pero en el caso de proyectos presentados por ONG y organizaciones comunitarias, resulta casi imposible que éstas puedan conseguir recursos para financiar la presencia de los voluntarios enviados desde Bonn.
Ese era nuestro caso. Raymond consiguió un fondo de múltiples agencias para implementar nuestra propuesta en Quito pero era absolutamente imposible que pudiésemos destinar recursos al pago de voluntarios.
Durante año 1992, Raymond desde Montreal y yo desde Quito seguimos impulsando la propuesta. Nos reunimos con Miguel Bermeo Estrella, ecuatoriano que trabajaba en Bonn en la sede de VNU y con Fernando Rosero, representante de VNU en Ecuador.
Finalmente logramos un acuerdo por el cual íbamos a mantener el logo de VNU pero no destinaríamos un solo centavo a gastos de personal expatriado. Los recursos del proyecto servirían para implementar las acciones con nuestro equipo técnico y nos comprometíamos a llevar al terreno el concepto de la participación de los jóvenes eco-voluntarios como una experiencia piloto que pudiera nutrir -desde al practica- algo que se había concebido en Bonn -desde un escritorio-. 
En Octubre de 1992 participé en un encuentro organizado por el SIA y VNU en Montreal, Canadá para discutir la implantación de proyectos de Eco-Voluntarios. Yo presenté nuestra visión del concepto de eco-voluntarios en el proyecto Agua-Desarrollo.
Por fin se dio luz verde e iniciamos las actividades a principios de 1993. 
 En CIUDAD decidimos que el coordinador del proyecto sería nuestro colega Rodrigo Barreto y desde el primer trimestre de 1993, todo el año 1994 y buena parte de 1995, trabajamos con Rodrigo en esa experiencia cuyo nombre finalmente fue: “Participación comunitaria para el mejoramiento de las condiciones de vida, el hábitat y el medio ambiente en los barrios del noroccidente de Quito”, mejor conocida como “Agua-Desarrollo”. 

En la propuesta que preparé en 1992 las metas del proyecto  -que se mantuvieron en la etapa de ejecución-  fueron las siguientes: a) Mejorar las condiciones ambientales, el sanea­miento y el hábitat en varios barrios populares del Noroccidente de Quito; b) Racionalizar el manejo del agua y  mejorar las condiciones sanitarias de las viviendas; c) Proveer a los barrios de áreas verdes y de recreación; d) Capacitar e Impulsar con un grupo de mujeres proyectos productivos, autosustentables ligados al manejo ambiental; e) Concientizar a la comunidad sobre el cuidado ambiental y el riesgo de vivir en las laderas del volcán Pichincha y junto a las quebradas del sector y f) Documentar el proceso para la historia barrial (audiovisuales, fotografías y cartillas).
El proyecto contribuyó a una serie de acciones en 14 de los 43 barrios organizados en la Federación de Barrios Populares del Noroccidente de Quito y los beneficiarios fueron alrededor de 30.000 personas.
Los barrios beneficiarios fueron: San Rafael, Santa Isabel, Mena del Hierro  Alto,  Mena del  Hierro, Cooperativa Jaime Roídos Aguilera, Santa Anita, El Triunfo, La Primavera, Ana María, La Pulida, Cochapamba Sur, Cochapamba Norte, San Vicente de las Casas y Nuevo Horizonte.
Los barrios del Noroccidente de Quito ocupaban en esa época, 1.633 hectáreas (8.5% de la ciudad); la mayoría se implantaban en las laderas del volcán Pichincha entre 2900 y 3200 msnm, en una zona surcada por varios barrancos profundos, frecuentemente afectada por las lluvias y deslizamientos de tierra.

Estos barrios formaban una unidad territorial definida; sin embargo eran diversos en su historia y estructura social. Según el censo de 1990 la zona albergaba a 52.890 habitantes (4,8% de la población de Quito). La tasa de crecimiento anual era del 17,7%, mayor que la de toda la ciudad que creció 3.04% entre 1982 y 1990. 

A más de significativas carencias en cuanto a los servicios urbanos básicos, en esos barrios era evidente la falta de infraestructuras y equipamientos comunitarios. Sólo el 36% de las familias tenía agua potable; 35% de las viviendas carecían de alcantarillado y 16% de las familias descargan sus desechos en campos cercanos o en barrancos. Había solamente un centro de salud de la zona y los espacios verdes, recreativos y plazas para reuniones públicas eran totalmente inexistentes.
Rodrigo se afirmó como un excelente coordinador. Su relación con la población de los barrios, con los dirigentes de la Federación y con las jóvenes eco-voluntarias  fue cordial, creativa y fructífera y el proyecto caminó como un relojito desde un inicio.

Rodrigo encontró el texto de una linda composición sobre el agua, escrita por el cantautor catalán Joan Manuel Serrat, titulada “El hombre y el agua”…de ella extrajo las primeras estrofas para incorporarlas en un afiche de promoción del proyecto: 
 “Si el hombre es un gesto el agua es la historia. / Si el hombre es un sueño el agua es el rumbo. / Si el hombre es un pueblo el agua es el mundo. / Si el hombre es recuerdo el agua es memoria. / Si el hombre está vivo el agua es la vida….”


El afiche fue diseñado por Jorge y Anita García y fue muy bien aceptado en todos los contextos en los que lo distribuimos y entregamos, no solo por ser muy atractivo sino también por las bellas palabras de Serrat.

 

Para la ejecución del proyecto se constituyó el Comité de mujeres "Agua-Desarrollo", organización de base que dio sustento a la marcha del proyecto. Las mujeres aportaron permanentemente al desarrollo de la comunidad; fueron el actor fundamental de las acciones que se llevaron adelante en el proyecto y luego de su terminación pasaron a constituir el núcleo central de la Secretaría de Medio Ambiente de la FBPNQ.

El Comité de mujeres "Agua-Desarrollo" estuvo integrado por Teresa Cóndor, Violeta Ruiz, Francisca Mera, Elizabeth Collaguazo, Mónica Sandoval, Mercedes Gómez (Barrio Santa Isabel); Ana Lucía Arévalo, Miriam Rojas, Silvia Collaguazo (Barrio Mena del Hierro Alto), Blanca Alarcón, Carmen Delgado, Sonia Quingalombo, Alicia Ramos (Barrio San Rafael); Mónica Espinosa, Ruth Idrovo, Lorena Tipán (Barrio Mena del Hierro); María Caiza, Amparo Cacuhango (Cooperativa Jaime Roídos Aguilera); Nelly Vargas (Barrio Cochapamba Sur); Mónica Montesdeoca, Lenny Acuno (Barrio El Triunfo); Gabriela Rivera, Nancy Guevara (Barrio La Primavera).

Para la planificación, apoyo a la ejecución y evaluación de las acciones del Proyecto, se constituyó un "Comité de Gestión" que ayudó a sustentar las relaciones al interior de la FBPNQ, con los barrios y con diversas instituciones. El comité elaboraba un plan anual de actividades, un presupuesto y un cronograma; un sistema de manejo contable y fue estructurado mediante un sistema democrático de elección.
El "Comité de Gestión" estuvo integrado por José Chicaiza (representante de la FBPNQ), Ana Lucia Arévalo (representante del Comité de Mujeres “Agua-Desarrollo”) y Rodrigo Barreto (representante de CIUDAD).

La ejecución del proyecto “Agua-Desarrollo” partió de una campaña de difusión que llamamos “Minga por la Vida”, un programa de acciones ambientales comunitarias para la mitigación de riesgos.

El fuerte invierno de 1993 obligó a programar y realizar acciones emergentes de difusión y capacitación en programas de prevención de desastres.





La FBPNQ, CIUDAD y el Comité de Mujeres Agua-Desarrollo tomaron la iniciativa de organizar una gran jornada participativa el sábado 24 de Abril de 1993, que llamamos “Minga por la Vida”, para prevenir posibles desastres en los asentamientos de las laderas del Pichincha. Los pobladores y diferentes instituciones fueron invitados a sumarse a esta iniciativa, lográndose una muy importante participación.

En la "Minga por la Vida" se realizaron acciones emergentes como limpieza de escombros en las vías y cauces de agua (acequias, cunetas, alcantarillas), arborización y siembra de plantas en casas, calles y espacios públicos. En esta acción de defensa y solidaridad, participaron los moradores de los barrios del Noroccidente, los comités barriales, colegios y escuelas del sector y se contó con la colaboración del Municipio de Quito, el Consejo Provincial de Pichincha, la Defensa Civil, ONG y numerosas instituciones públicas y privadas.




Una de las más activas participantes en la "Minga por la Vida" fue Martha Rodríguez, Presidenta de la Federación de Barrios Populares del Noroccidente de Quito”. 

 
Una de las acciones más importantes del proyecto “Agua - Desarrollo” fue la campaña de forestación que llamamos "Un árbol por la vida". 
Con la realización de la "Minga por la Vida" se iniciaron las actividades de arborización previstas. Durante la minga se sembraron 1000 árboles en los barrios del Noroccidente.
Posteriormente el proyecto se propuso continuar esa iniciativa con la campaña "Un árbol por la vida".
Partimos de la creación y manejo de un vivero de árboles de especies nativas que implementamos en un terreno contiguo a nuestra oficina y luego nos dedicamos a la plantación de esos árboles en las casas, en las calles y en los lugares públicos de los barrios del Noroccidente. 

La campaña tenía como objetivo plantar 8.000 árboles. El Comité de mujeres que manejaba el vivero, proporciona los árboles y la siembra se realizaba mediante la participación comunitaria los sábados y domingos.

La campaña comenzó el 24 de abril de 1994 y tuvo una duración de un año. Se realizaron 15 mingas para la preparación y manejo del terreno para el vivero y 40 mingas para la siembra de árboles.  Además se publicaron 5000 cartillas "Guía para la siembra de árboles",  8.000 fichas de seguimiento para la campaña de arborización y 5000 trípticos promocionales de la campaña "Un árbol por la vida".

Una de las acciones más importantes del Proyecto “Agua –Desarrollo” fue la construcción de un tanque de agua que benefició a los barrios Santa Isabel y San Rafael que carecían de agua potable.
Los moradores se empeñaron en la realización de las acciones necesarias para poder llevar a sus hogares agua apta para el consumo humano. Se obtuvo autorización del INERHI (Instituto Ecuatoriano de Recursos Hidráulicos) para captar, explotar y utilizar el agua de vertientes de la parte alta del Pichincha. Se realizaron 20 Mingas con la participación de los pobladores para construir el tanque-reservorio de agua de 1OO m3 de capacidad. CIUDAD brindó la asesoría técnica, el diseño y dirección de la obra.

Las obras se inauguraron con una misa campal y una ceremonia especial con la participación de todos los actores del Proyecto: el Centro de Investigaciones CIUDAD, la Federación de Barrios Populares del Noroccidente de Quito - FBPNQ y las integrantes del Comité de Mujeres “Agua-Desarrollo” (Eco-voluntarias).

Hoy en día este tanque se encuentra en funcionamiento, Santa Isabel y San Rafael disponen de una red de distribución de agua y los pobladores reciben el líquido en sus casas por medio de conexión domiciliaria.

Entre las principales acciones desarrolladas por el Proyecto se pueden contar: a) Dotación de agua sana (captación y conducción de agua de vertiente, construcción de un tanque de almacenamiento y tratamiento, tendido de una red de agua domiciliaria); b) Control de agua lluvia (mantenimiento y construcción de cunetas); c) Manejo y uso de desechos orgánicos domici­liarios (proyecto productivo de producción de compost); d) proyecto productivo de creación y manejo de viveros (producción de diez mil árboles de variedades nativas); e) Creación de áreas verdes y mejoramiento del ornato (arborización de las zonas consolidadas de los barrios); f) Recuperación y manejo de quebradas (arborización, linderación, manejo de basuras y uso como espacios de recreación); g) Capacitación (manejo y uso racional del agua; cuidado del medio ambiente; mejoramiento de condiciones sanitarias; valorización de la Identidad barrial). 
El proyecto fue promocionado y tuvo gran acogida en diversos foros internacionales.
Con Rodrigo preparamos una ponencia titulada “Agua-Desarrollo: Manejo ambiental con participación comunitaria",  en el seminario: L'eau et la santé dans les quartiers urbains défavorisés, GRET, en París, Francia en 1994.
También fue motivo de una investigación de evaluación titulada "Promoción de tecnologías sustentables de agua y saneamiento en los asentamientos humanos: el caso del Proyecto Agua-Desarrollo: Participación de la comunidad en la gestión del agua y el hábitat", en la que particpamos Rodrigo y yo, en el marco del proyecto LIFE promovido por HIC en 1994.

 Finalmente en el boletín informativo InSitu, órgano del “International Institute of Site Planning” de Washington, se publicó en septiembre de 1994 una versión en inglés de la reseña del proyecto que preparé con Rodrigo en ese año.

En fin… un proyecto exitoso lleno de retos y satisfacciones.
Dedico este relato a la memoria de Rodrigo, quien le puso pasión, energía y buenas vibras a todo lo que emprendió en ese proyecto (como le ponía a todo lo que hacía, a todo lo que creía y a todo lo que amaba).

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El Hombre y el Agua
Joan Manuel Serrat
Si el hombre es un gesto el agua es la historia. / Si el hombre es un sueño el agua es el rumbo. / Si el hombre es un pueblo el agua es el mundo. / Si el hombre es recuerdo el agua es memoria. / Si el hombre está vivo el agua es la vida. / Si el hombre es un niño el agua es París. / Si el hombre la pisa el agua salpica. / Cuídala como cuida ella de ti.
Brinca, moja, vuela, lava, agua que vienes y vas. / Río, espuma, lluvia, niebla, nube, fuente, hielo, mar. / Agua, barro en el camino, agua que esculpes paisajes, agua que mueves molinos. / ¡Ay agua!, que me da sed nombrarte, agua que le puedes al fuego, agua que agujereas la piedra, agua que estás en los cielos como en la tierra. / Brinca, moja, vuela, lava, agua que vienes y vas. / Río, espuma, lluvia, niebla, nube, fuente, hielo, mar...

Quienes deseen escuchar esa hermosa canción pueden conectarse al enlace:

jueves, 22 de octubre de 2015

Holanda 2: Apuros y vicisitudes entre La Haya y Ámsterdam



Como ya he relatado asistí al II Foro Mundial del Agua que se realizó en La Haya en marzo de 2000.

Mi amigo Raymond Jost, cabeza del “Secretariado Internacional del Agua - SIA”, había previsto crear en La Haya un ejemplo totalmente diferente de presentación de todas las acciones e iniciativas del SIA: “La Casa del Ciudadano y el Agua”, la primera de otras “Casas” que Raymond logró montar en los Foros Mundiales de Kioto, México, Estambul y Marsella a los que ya me he referido en relatos anteriores.

La inauguración de la “Casa” de La Haya tuvo lugar el domingo 19 de marzo de 2000 y fue un verdadero acontecimiento. Ese acogedor espacio de comunicación, discusión, encuentro, diálogo y exhibición, era un remanso tranquilo que invitaba a visitarlo pero también a quedarse…

Yo viajé a Holanda con mi colega Rodrigo Barrero quien no hablaba inglés ni francés y Raymond me propuso que podría pagar el pasaje y alojamiento de mi hija Manon que estaba viviendo en Irlanda como “au pair, para que pudiera servir de intérprete de Rodrigo.


Raymond había reservado varias habitaciones, para los miembros del Secretariado Internacional del Agua y sus invitados, en un pequeño hotel situado en Scheveningen, pintoresco puerto y balneario a orillas del Mar del Norte a tan colo cinco kilómetros del centro de La Haya,


Rodrigo, Manon y yo compartimos una habitación en el último piso. En una amplia cama dormimos mi hija y yo y a Barretito le dejamos una pequeña cama que se desplegaba de un sofá, ubicado frente al ropero y junto a la ventana.

Fueron días intensos y maravillosos. Al terminar el Foro, Rodrigo tenía un vuelo vía Italia y yo, con mi hija Manon habíamos planeado pasar una noche y un día en Ámsterdam antes de que ella regresara a Cork y yo emprendiera el salto del océano para regresar a Quito.

Sin embargo todo lo que uno puede planificar no siempre se cumple como se ha previsto. En esa ocasión en vez de turistear y disfrutar de aquella ciudad, pasamos una serie de apuros y vicisitudes como consecuencia de un desmayo que sufrió Raymond al finalizar una reunión del Consejo de Administración del SIA, que voy a relatar más adelante.

El Foro Mundial se inició el domingo 19 de marzo y terminó el miércoles 22  al medio día. Los miembros del SIA tuvimos una reunión de trabajo en la tarde y Raymond había previsto para el día siguiente, el jueves 23, una sesión y almuerzo de clausura en un pequeño hotel restaurante a orillas del Mar del Norte en una localidad cuyo nombre he olvidado. Luego de esa reunión, todos los miembros del Consejo de Administración debíamos emprender el retorno a nuestros muy variados países de origen.

 
Ese jueves, temprano en la mañana, dejamos el hotel de  Scheveningen y en dos vehículos nos trasladamos al restaurante ubicado entre las dunas y en medio de los vientos. Raymond había arrendado un carro y Gabriel Regallet que en esa época todavía trabajaba en el SIA, había arrendado otro.



Tuvimos la sesión de evaluación, todos felicitamos a Raymond por el éxito de la “Casa del Ciudadano y el Agua” y nos congratulamos por la importante participación de todos nosotros en las actividades de la Casa y del Foro. Había sido un esfuerzo colosal pero valió la pena; habíamos logrado cumplir nuestros propósitos de tener una presencia descollante en ese gigantesco evento.

Yo invité un aperitivo antes del almuerzo y luego pasamos a la mesa. Comimos delicioso: pescados y mariscos de mar frio… acompañados, por supuesto de varias botellas de vino blanco seco… terminamos con una deliciosa tarta de manzana y un buen café expreso, que Raymond y yo apuramos acompañado de excelentes cigarros que le había llevado de regalo.


A media tarde nos despedíamos con efusivos abrazos. Quienes iban al aeropuerto habían pedido un taxi y salieron antes. Raymond iba a viajar en su auto a Bruselas pues tenía una reunión al día siguiente y Gabriel y su esposa Billur iban -también en auto- a Paris en donde pensaban pasar unos pocos días antes de regresar a Uzbekistan en el Asia central, en donde estaban trabajando. Ellos nos iban a depositar a Manon y a mí en una terminal de buses para poder ir a Ámsterdam.

Raymond acababa de pagar la cuenta y nos estábamos dirigiendo hacia la puerta cuando sintió algo raro en la cabeza.

-  “Estoy algo mareado”, dijo

Sudaba copiosamente y comenzó a desplomarse. El estrés de las últimas semanas estaba pasando factura.

Felizmente estábamos a su lado y entre todos logramos sostenerle. No fue muy fácil pues mide casi dos metros y debe pesar casi trescientas libras…

Gabriel, Manon y yo le ayudamos a acomodarse en un canapé a la entrada del restaurante y  allí se desvaneció.

Teníamos miedo de que estuviéramos frente a un cuadro de ataque cardíaco o de infarto cerebral…

A pesar de que no se quejaba de dolor alguno, su cara manifestaba sufrimiento… aunque no hablaba ni expresaba nada… Estaba totalmente ausente...

El administrador del restaurante llamó a un médico quien ofreció venir de inmediato.

En espera del doctor y como Raymond no recobraba el sentido, opté por trasmitirle okiyome.

Como ya he relatado anteriormente, yo practico aquel arte japonés de imposición de la mano conocido como Mahikari… que básicamente consiste en la trasmisión de energía a través de la palma de la mano…

Realicé tres palmadas de forma secuencial y sonora y recité con voz fuerte, firma y grave, una oración en japonés conocida como “Amatsu Norigoto”… la entonación dura casi dos minutos y se la realiza con ritmo continuo y enérgico…casi como un torrente.

De inmediato elevé la mano derecha y la coloqué como direccionando la energía hacia la frente de Raymond… casi de inmediato dejó de sudar, poco a poco su cara fue cambiando a una evidente expresión de serenidad. Luego de diez minutos le pedí que abriera los ojos…

No me hizo caso, a pesar de que era evidente que me escuchaba, pues asentía con la cabeza a las preguntas que le hacía…

Cuando llegó el médico, le tomó los signos vitales, presión arterial, pulso, latidos cardíacos, temperatura… No abría los ojos pero también asentía con la cabeza a las preguntas del galeno. Le contamos al doctor que el paciente había vivido con adrenalina en ebullición las últimas semanas y concluyó que la fatiga acumulada, la mala alimentación, el sobrepeso, el vino y el tabaco estaban saliendo a la luz… todo ello había hecho crisis ante el súbito relajamiento después del estrés al que había estado sometido en la preparación de “la Casa” y lograr nuestra participación en el Foro.

Decidimos que le iba a inyectar un calmante-relajante y recomendó que pasara la noche en ese hotel para que -luego de una evaluación- ver si podría emprender la ruta al día siguiente…

Pedimos una habitación, sacamos su maleta del auto y entre todos le ayudamos a subir un piso. Cayó vestido sobre la cama y continuó durmiendo sin preocuparse por nada.


Acomodé el carro en el parqueadero del hotel y con Gabriel buscamos en su maleta de mano su pasaporte para poder registrarlo… Gabriel pagó la habitación con su tarjeta de crédito y salimos compungidos de dejar a Raymond en ese estado, pero no podíamos hacer nada más.

Como estaba previsto, Gabriel nos condujo a Manon y a mí a la estación de buses y él y Billur siguieron su camino en dirección a Francia.

Tomamos un bus a La Haya y de allí un tren a Ámsterdam. Llegamos al final de la tarde… aunque, como era invierno, ya todo estaba obscuro... pero la ciudad lucía magnífica toda iluminada, bulliciosa y llena de gente.

Conseguimos un plano de la ciudad y nos dirigimos en busca de un hotel donde alojarnos. La idea era dejar nuestras maletas allí y poder salir a turistear en la noche y al día siguiente, antes de tomar el tren para el aeropuerto de Schiphol, donde nos separaríamos.


Sin embargo -como ya he mencionado- todo lo que uno puede planificar no siempre se cumple como se ha previsto.

Cuando conseguimos una habitación de hotel, metí la mano en el bolsillo de mi abrigo para buscar mi pasaporte y con terror me di cuenta que había traído conmigo la llave del auto de Raymond.

En segundos me di cuenta de lo que podía pasar…

Al día siguiente al despertar, se daría cuenta que no tenía la llave del vehículo y que se encontraba botado en medio de la nada… cuando imperativamente debía desplazarse a Bruselas para su cita, entregar el carro en el aeropuerto y tomar su conexión a Paris y a Montreal…

¡El drama total…!

Entré también en pánico al contarle a Manon todo este asunto, al que se sumaba el hecho de que no tenía la más remota idea del lugar donde habíamos dejado a Raymond…

Podíamos hacer el camino de regreso en tren, luego en bus hasta la estación donde nos había dejado Gabriel, pero luego estaríamos tan botados en medio de la nada como el propio Raymond…

Manon nos salvó al recordarme que yo había invitado los aperitivos esa mañana y que seguramente debía tener la factura con el nombre y dirección del hotel…

¡Así fue!

Estábamos salvados….

Dejamos Ámsterdam e hicimos el camino inverso. Tren y bus. Al llegar a la estación buscamos información de cómo llegar al hotel a orillas del mar.

No había taxis por allí. Solo había un bus urbano que estaba punto de salir (era el último) que nos podía conducir a un sitio relativamente cercano… Lo tomamos y pedimos al conductor que nos dejara en el punto más próximo a nuestro destino.

Así lo hizo pero no estábamos necesariamente cerca del hotel. Nos dejó en una avenida costanera que recorrimos por más de diez o doce cuadras antes de reconocer a lo lejos el pequeño hotel donde Raymond dormía plácidamente sin percatarse de todos los apuros y vicisitudes que habíamos pasado y resuelto con muchísima suerte.

Nos registramos en el hotel, comimos una sopa caliente y antes de ir a la cama, totalmente agotados, pedí al joven de la recepción que pusiera la llave del auto en el casillero de la habitación de Raymond y le solicité que nos despertara temprano.

Desayunamos y salimos del hotel sin que Raymond se hubiera percatado de nuestro paso por ese lugar, seguía dormido como un angelito.

Pedimos un taxi hasta la estación de buses para poder llegar a La Haya, allí debíamos tomar  un tren hacia Ámsterdam pero esta vez ni siquiera pensamos en salir de esa estación. Allí mismo tomamos el tren para el aeropuerto. Se nos había ido toda la mañana en esos desplazamientos y lo único que pudimos hacer con mi hija, para disfrutar de esas horas juntos en Holanda fue almorzar en Schiphol y caminar por sus corredores y tiendas antes de tomar nuestros respectivos vuelos… 

 
No pudimos disfrutar de Ámsterdam pero salvamos a Raymond de un nuevo patatús.

Satisfacciones que quedan…