martes, 5 de abril de 2011

Reino Unido 2: Londres, los problemas de un pasaporte con errores

Como ya he relatado, en 1996 participé en una reunión del Consejo de Concertación del Agua Potable y el Saneamiento – WSSCC, que tuvo lugar en Londres en noviembre de ese año.

Los organizadores me enviaron un pasaje vía Miami. Salí de Quito el 11 de noviembre, aterricé en esa ciudad y tome una conexión para Londres en la noche. Llegué al Aeropuerto Heathrow, de la capital del Reino Unido, al día siguiente. De inmediato me dirigía al hotel donde tenía una reservación a mi nombre.

Una vez termina la reunión, para mi viaje de regreso. previsto para el 17 de noviembre, debía hacer el camino inverso por la misma ruta: Londres-Miami y luego Miami-Quito. Me presenté pues, con la debida antelación en el aeropuerto londinense.

No se, si por el hecho de no haberme sentado a leer en algún rincón y haber optado más bien por dar vueltas alrededor del mostrador de la compañía aérea, en espera de que comience la atención a los pasajeros, esa actitud levantó sospechas; o si fue mi pinta de latinoamericano barbudo y despeinado, lo que hizo que alguien recelara de mi presencia en esos pagos… el cuento fue que dos oficiales de migración (no se si de Scotland Yard, pero suena bien, así afirmarlo) se presentaron delante mío y muy comedidamente, me pidieron mis documentos. De inmediato se generó un breve diálogo telegráfico:

- ¿Pasaporte?                                               - Pasaporte.
- ¿Pasaje?                                                     - Pasaje.
- ¿Nacionalidad?                                           - Ecuatoriana.
- ¿Donde vive?                                              - En Ecuador.
- ¿Hace cuanto tiempo vino a Londres?       - Hace cinco días. Llegué el 12
- ¿A qué se debe su viaje a Londres?          - Vine a una reunión de trabajo.
- ¿Profesión?                                                - Arquitecto.
- ¿En donde  trabaja?                                  - Centro de investigaciones CIUDAD
- ¿Tienen una tarjeta de negocios?              - Si
- ¿Me la puede enseñar?                              - Aquí tiene.

Cinco minutos, más tarde…

- Me puede explicar ¿por qué si su pasaje y su tarjeta de visita están a nombre de Mario Vásconez, el pasaporte que usted me ha dado está a nombre de Mario Vásquez?  

¿Cómo puede uno explicar a un oficial de Scotland Yard que un empleado irresponsable del Registro Civil Ecuatoriano había escrito mal mi apellido en un documento tan importante como el pasaporte?

¿Cómo explicar?, que cuando reclamé por el error al darme cuenta del mismo, me respondieron que si quería que me lo cambien, debía pagar por otro pasaporte pues, como los pasaportes son “especies valoradas”, no pueden desperdiciarse por un pequeño error.

¿Cómo explicar?, que cuándo no sólo pedí, exigí, que me solucionen el problema porque el error no era mío sino de esa dependencia pública, me dijeron que podían hacerme la gran concesión de ponerme una nota aclaratoria en la siguiente página, en el espacio previsto para el efecto con el pomposo título de: “OBSERVACIONES - REMARKS“, “Página reservada a las autoridades competentes para emitir el pasaporte”.

No les mencioné a los policías, porque no venía al caso, pero de todas formas no me hubieran creído, que a pesar de no ser un error mío, tuve que dejar mi pasaporte y regresar dos días después, para retirarlo.

Pero tampoco tuve manera de explicar que ante el error cometido, la única salida fue aceptar la absurda, incomprensible y casi ilegible nota, escrita con trazos que parecían haber sido garrapateados por un niño de primer año de escuela que constaba en mi pasaporte: 

NOTA: "Los nombres y apellidos correc
               tos del titular del presente 
               pasaporte son:   Mario Vásco 
               nez Suárez, y no como cons 
               ta en forma equivocada”.

Esta nota estaba acompañada de un sello con el nombre del DIRECTOR GENERAL DE REGISTRO CIVIL, IDENTIFICACIÓN, CEDULACIÓN Y PASAPORTACIÓN y una firma ilegible, muy diferente a la del mismo personaje, que constaba estampada en la página principal del pasaporte sobre un sello con el mismo nombre y cargo.

¿Cómo explicar a un acucioso investigador de Scotland Yard, que en mi país ese tipo de irresponsabilidades e ineficiencias eran pan de todos los días?

¿Cómo explicar a un astuto detective, que fue capaz de darse cuenta del error en el nombre, el por qué la firma del funcionario que se responsabilizaba por la emisión del pasaporte errado, era notoriamente diferente a aquella firma -supuestamente de la misma persona- que se responsabilizaba de la nota aclaratoria en la siguiente página?

¿Cómo explicar a estos dos amables policías que si bien todas esas irregularidades eran evidentes, el documento en cuestión me había permitido viajar a diversos países del mundo desde el 29 de noviembre de 1994 cuando fue emitido, hasta ese momento en el que, por primera vez, un oficial de migración de otro país se había percatado del problema?

En el pasaporte tenía numerosos sellos de entrada y salida del Ecuador, pero además tenia una visa Mexicana, una visa Schengen emitida por la embajada de Francia en Ecuador, con sellos de múltiples entradas y salidas a distintos países europeos, sellos de entrada y salida de Suiza, Perú, Egipto, Colombia, una visa para Barbados, emitida –felizmente- por la Embajada Británica en Quito, una visa y sellos de entrada y salida de China y una visa -vigente- de los Estados Unidos de América emitida con validez de seis años, así como sellos de numerosas entradas y salidas a ese país.

¿Cómo explicar todo estos asuntos inexplicables e incomprensibles? Aun si habría tenido que expresarlos en castellano el reto era enorme… pero ese no era el caso… debía tratar de explicarlos y tratar de que me entendieran ¡en inglés!...

Sin embargo los súbditos de su majestad, son los súbditos de su majestad.

El oficial de más alto rango, extremadamente gentleman, me entregó los papeles diciéndome:

- “Su documentación es absolutamente irregular. Pero en la medida en que sido reconocida como válida por respetables embajadas y policías de migración de varios respetables países, nosotros no podemos hacer sino, lo propio”.

Con un gesto amable me señaló la puerta de su despacho y dijo –“please…” añadiendo a continuación: - “...have a good trip”.  




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