Desde 1980 con la formulación del “Plan Quito” se determinó que el cerro Guangüiltagua, ubicado al nororiente de Quito, uno de los últimos reductos naturales disponible en las inmediaciones de la ciudad, constituía la opción más viable para la ubicación de uno de los parques metropolitanos del Distrito Metropolitano.
A fines de la década el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito declaró de utilidad pública el territorio localizado en la Loma de Guangüiltagua. Esa decisión permitió desarrollar un proyecto de espacio público recreacional de gran magnitud que ha beneficiado a la ciudad y a sus habitantes y contribuyó a la conformación de un cinturón verde de protección ambiental de la ciudad.
En 1990 el Municipio, promulga la Ordenanza N° 2818 que define los límites y área del “Parque Metropolitano de Bellavista” con una superficie de 570 Hectáreas. Ese soporte legal y la inmediata apropiación de ese territorio por parte de los habitantes de Quito hicieron que ese espacio fuera incorporado como “parque” en la conciencia ciudadana.
Aún sin tener totalmente consolidada la propiedad municipal, en 1993 el Cabildo elaboró un “Plan Maestro” del “Parque Metropolitano” y en enero de 1994 entregó la administración del parque a la Fundación “Minga por la Naturaleza”.

En marzo de 1995 se delegó a la Empresa Metropolitana de Obras Públicas (EMOP-Q), la administración y manejo del Parque, labor que la realizaba a través de la Dirección de “Parques y Jardines” y una “Unidad Técnica” al interior del Parque.
En el año 2003 durante la alcaldía de Paco Moncayo se conformó un grupo multidisciplinario de profesionales de la “Dirección General de Territorio y Vivienda” y de la “Gerencia de Parques y Jardines” para elaborar una nueva propuesta de “Plan Maestro” para el Parque Metropolitano
En la elaboración de ese documento se usó la información y los planteamientos de los dos planes anteriores y documentos que dan cuenta de las estrategias y acciones llevadas a cabo para su aplicación entre 1994 y 2002 (lectura elaborada conjuntamente por la “Dirección de Parques y Jardines” y la Junta de Andalucía).
Paralelamente, a partir del 2003 se conformó la “Corporación de Salud Ambiental – Vida para Quito” a la que se le encargó la gestión de los parques de la ciudad; responsabilidad esa que podía ser cumplida por la Corporación bajo su propia responsabilidad en forma directa o a través de la contratación de terceros.
Durante 2003 y 2010 “Vida para Quito” desarrolló una intensa labor en cuanto a consolidar la propiedad del Parque Metropolitano sin embargo, para su administración, optó por promover un concurso al que se invitaron a diversas ONG a presentar ofertas para la gestión de ese espacio público.

Al hacernos cargo de ese Parque, recibimos entre otras cosas un conjunto de esculturas de muy variadas formas y materiales implantadas en lo que, luego descubrimos se llamaba el “Paseo del Arte” según me enteré por casualidad, al haber llegado a mis manos una copia en blanco y negro y en muy mal estado de un folleto sobre las esculturas del Metropolitano.
Según la información de ese folleto, las esculturas que se encuentran actualmente en diversos sitios del Parque Metropolitano fueron implantados allí por la “Dirección de Parque y Jardines” del Municipio de Quito en 1998.
Esta dependencia municipal organizó en aquel año el “Primer Simposio Internacional de Escultura Pública” en nuestra ciudad. Como resultado de esa iniciativa la Municipalidad puedo dotar al Parque Metropolitano de varias esculturas de grandes y reconocidos maestros como una estrategia para consolidar ese espacio como propiedad de la ciudad.
La curaduría del evento invitó a doce escultores de varios lugares del planeta y además, se seleccionaron -mediante concurso- las obras de tres artistas del país. Quince obras en total. Sin embargo, en el parque solo se instalaron trece; once de artistas foráneos y dos de escultores ecuatorianos.
Las obras se ejecutaron en el “Taller de Arte Público” que mantenía el Municipio, con recursos de la Empresa Municipal de Obras Públicas (EMOP-Q) gracias al apoyo de la empresa privada.
Cuando llegamos al Parque muchas de las esculturas estaban en muy mal estado de mantenimiento, varios de sus elementos habían sido robados o destruidos. La señalética que parece que se colocó con el apoyo de la empresa privada, también estaba deteriorada o destruida.
Nosotros presentamos una propuesta y desarrollamos diversas iniciativas para restaurar las obras, reponer la señalización y promocionar el “Paseo del arte” del Parque como una atractivo para la ciudadanía y el turismo. Sin embargo los funcionarios medios de “Vida para Quito“, jamás nos apoyaron y más bien pusieron todo tipo de trabas a esas acciones.
Las esculturas existentes en el Metropolitano cuando llegamos para ocuparnos de su administración eran las siguientes:
1. “LABERINTO MIMETICO” de la escultora ecuatoriana Paulina BACA. A esta obra los visitantes del parque la denominaban “LAS PIEDRAS”, pues es una escultura conformada por varios elementos de piedra laja de grandes dimensiones ubicados entre los árboles del bosque de eucalipto. Las piedras están dispuestas en una suerte de reminiscencia de los monumentos megalíticos. Según una descripción que he podido leer, en esta obra la artista busca devolver a la naturaleza su propia belleza, recreándola.
2. “ARBOL URBANO” o “ABSALON” del escultor y arquitecto ecuatoriano Jaime ANDRADE HEYMANN. A esta obra los visitantes la conocen como “LAS TEJAS”. Ese remoquete se debe a que la escultura está conformada por una estructura de hierro, de ocho metros de altura que sugiere -simultáneamente- la forma de un árbol y la de una edificación, con planchas de cobre -de forma de teja- dispuestas a manera de hojas. Las tejas están colgadas de tal manera que pueden moverse con el viento produciendo un sonido especial de forma constante.
Cuando iniciamos nuestras administración, la mayor parte de las tejas habían sido robadas y el lugar de implantación de esa obra estaba totalmente descuidado y convertido en una verdadero basurero. No recibimos recursos para reponer las tejas perdidas y lo único que pudimos hacer fue pintar nuevamente la estructura para que el metal no siguiera oxidándose y deteriorándose.
3. “FLOMBAYÁN DE LOS CARIBEÑOS” del escultor Pablo RUBIO de Puerto Rico. Esta obra es conocida como “EL GALLITO”. La escultura está conformada por planchas de hierro electro-soldadas que forman un gran trípode de color amarillo intenso y se encuentra rematada por un elemento de color naranja. El artista quiso recrear una exótica flor del Caribe.
Cuando recibimos el Parque, las planchas de metal estaban llenas de grafitis pintados o raspados. No recibimos recursos para reparar los daños y lo único que pudimos hacer fue pintar nuevamente la estructura para cubrir los grafitis y evitar que el metal no siguiera oxidándose y deteriorándose.
4. “MOVIMIENTO” del escultor Mario STACHIOLI de Italia. La gente bautizó a esta obra como “LAS ASPIRINAS” pues está conformada por tres grandes ruedas minimalistas de hormigón, dispuestas en distintos ejes, sobre un plano inclinado de hierba. La pendiente sugiere el movimiento propio de la gravedad. El público las bautizó como “aspirinas” por el blanco de su color original.
5. “MANDALA DEL PARQUE” obra del portugués Alberto CARNEIRO. Esta instalación es conocida como “ÁRBOLES INVERTIDOS”; pues está conformada por siete árboles invertidos con sus raíces expuestas y tres grandes piedras dentro de un número igual de círculos concéntricos trazados en el piso. El autor se propuso tomar elementos de la naturaleza para devolverlos al lugar, recreándolos de manera poética, como un clamor por el respeto a la ecología y a la vida.
6. “COLUMNAS” de Saturo SATO de Japón. Esta escultura está conformada por un conjunto de prismas de diversas alturas construidos en hormigón armado sobre un eje norte-sur La idea original de la obra era partir de un bloque gigante de mármol, cortarlo y distribuir las piezas en el espacio.
7. “INDUCCIÓN CROMÁTICA ECUATORIANA” de Carlos CRUZ DIEZ de Venezuela. Esta escultura es conocida como “EL ARCO IRIS”. La obra está conformada por un arco de hormigón armado recubierto con azulejos de tres diferentes colores con incrustaciones de franjas de aluminio. El arco está atravesado por un tubo hueco perpendicular. Según la propuesta del autor, se supone que la disposición del color generaría en la retina del observador colores inexistentes. Igualmente, se suponía que la luz del sol en el cenit pasaría perpendicularmente por el tubo, marcando un pequeño círculo de luz en el piso.
Antes de la administración del Consorcio CIUDAD-Ecogestión, varias láminas de aluminio había sido robadas y varios de los azulejos lucían rotos o deteriorados. No pudimos reparar la obra.
8. “MIRANDO AL SEÑOR COTOPAXI” del holandés Mark BRUSSE. A esta obra la gente la conoce como “LAS TORTUGAS”. El conjunto escultórico está conformada por una glorieta rematada con una cúpula que descansa sobre cuatro columnas y cubre una gran piedra. La obra tiene además, varias tortugas de piedra y una silla de concreto que está en el entorno sobre una plataforma. Tiene como telón de fondo al Cotopaxi. Alguien me comentó que cuando invitaron al escultor a concebir una obra para nuestro país, lo único que sabía del Ecuador era algo sobre la fauna de Galápagos; por ello concibió una escultura con esos animales. Sin embargo, al llegar a Quito se impresionó por los monumentos del centro histórico y la historia de nuestra ciudad, así que junto a las tortugas puso la piedra y la glorieta que supuestamente representaban los prehispánico y lo europeo. Cuando estaban construyendo la obra en el Parque, en un día soleado, las nubes se despejaron y Brusse quedó fascinado con la vista del volcán Cotopaxi, así que decidió incorporar una gran silla a la propuesta y tituló la obra “Sentado, mirando al señor Cotopaxi”.
9. “TUBULAR” del conocido escultor argentino Julio LE PARK. A esta obra, una de las mejores y mejor conservadas del Parque, se la conoce como “LOS SÍGSES”. La escultura está conformada por un conjunto de tubos de acero inoxidable que descansan sobre un cubo de hormigón. Los tubos tienen un ligero doblez en la parte superior y están colocados de forma secuencial y a distintas alturas, lo que sugiere el movimiento de la vegetación.
10. “CRAYOLAS” de Guy ROUGE MONT de Francia. Esta escultura está conformada por cuatro tubos de metal de un metro de diámetro y nueve metros de altura, pintados de varios colores intensos y colocados en los vértices de un enorme cuadrado. El resultado es un conjunto imponente por su escala, colorido y simplicidad. La gente conoce a esta escultura como “LOS HELADOS DE SALCEDO”

11. "EL ARADOR” o “LA PIRÁMIDE TRUNCADA” de Michael WARREN de Irlanda. Esta escultura está conformada por una gran pirámide truncada, hecha de tierra recubierta de césped; dos columnas de concreto semienterradas yacen en la cima. Al centro, enterrado en la cima, se hallaba un cilindro hueco conformado por paredes de hormigón; su cara superior conformada por un grueso vidrio permitía observar en la cara inferior, un espejo. El espejo reflejaba la luz del sol en el cenit. La obra se complementa con Losetas de hormigón de 50x24x15 cm. que marcan dos caminos opuestos que llegan desde la base a la cima de la escultura.
12. “CENITAL” de Joseph María CAMÍ de España. A esta obra se la conocía como “MICROSCOPIO”. La escultura estaba conformada por una columna tubular de hierro de doce metros de altura sobre la que se apoyaba un disco del mismo material de siete metros de diámetro. Todos los elementos compositivos se situaban en una plaza circular de hormigón elevada un medio metro sobre el nivel del terreno. Según la concepción del autor, la composición hace referencia al tiempo, a las estaciones y al sol vertical.

13. “CIRCULOS CONVERGENTES” del escultor mexicano Jorge DUBOND. A esa obra se la conocía como “LAS RUEDAS”. La escultura estaba conformada por dos ruedas de hierro entrelazadas.
Allí la encontramos cuando nos hicimos cargo de la administración del Parque. Notificamos esta situación a las autoridades y al poco tiempo fue retirada por el Municipio para ubicarla en uno de los redondeles la avenida Simón Bolívar.
En total pues, el “Paseo del Arte” del Parque Metropolitano Guangüiltagua contaba con trece esculturas de autores provenientes de doce países del mundo. Sin embargo como he mencionado dos de ellas fueron retiradas por el propio Municipio y durante nuestra gestión, este “recorrido” de interés turístico contaba con las once esculturas restantes.


Sin embargo nunca pudimos construir los letreros ni imprimir los folletos. Ximena Araujo de “Vida para Quito” nos dio permanentemente largas al asunto y nos negó sistemáticamente los recursos para esos trabajos.
Miserias humanas… cosas de la vida… con las que tuvimos que bregar durante nuestro trabajo al frente del Parque Guangüiltagua.


Suspendimos la búsqueda de recursos para este impreso y la señalética interpretativa y los plegables promocionales del “Paseo del Arte” se quedaron en buenas intenciones.
Quisimos hacer bien las cosas pero no nos dejaron. Así fue la tónica constante de nuestra administración. Quienes nos contrataron resultaron ser nuestros principales obstáculos para hacer las cosas de manera eficaz y con la calidad con la que siempre hemos respondido en nuestros trabajos durante casi cuarenta años.
Miserias humanas… cosas de la vida…
¡Qué buen artículo!
ResponderEliminarEs increíble que no se menciona al crítico de arte Gérard Xuriguera. El fue el que organizó todo esto, y sobre todo contacto a los artista. El Ecuador nunca hubiera tenido este patrimonio… Se necesita tener más personas preparadas en el ámbito cultural, para discernir la información.
ResponderEliminarThank you Mario, this is the first and the best of informations about the park! Thank you so much,Mark Brusse
ResponderEliminarDear Mario,
ResponderEliminarCan you please send me the pages of the Guangüiltagua Paseo del Arte in PDF form .
I have no information, but I am very attached to Quito. thank you very much,
Mark Brusse (artist author of "Mr Cotopaxi's yellow stone"
Buena información.
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