Como ya he relatado, en
Noviembre de 2002, tuvo lugar en Quebec el “Parlamento Mundial de la Juventud y
el Agua”, organizado por el “Secretariado Internacional del Agua - SIA”.
Asistí a ese encuentro
acompañando a la delegación ecuatoriana: una joven de Quito y dos jóvenes de
Cotacachi que participaron gracias al auspicio del PNUD la primera y del
Municipio y la Asamblea Cantonal de Cotacachi y de UNICEF las dos últimas.
En ese evento, Zayra Barahona,
una de las chicas de Cotacachi, fue elegida como delegada por América Latina al
“Tercer Foro Mundial del Agua” que iba a desarrollarse en Kioto pocos meses
después.
A mediados de diciembre
del 2002, Raymond Jost me escribió invitándome a participar en la “Asamblea
Mundial de Sabios del Agua” que el “SIA” estaba organizando en el marco del
Foro y pidiéndome que acompañara a Zayra que estaba también invitada al Japón, a
ese importante evento organizado por el “Consejo Mundial del Agua”, como
“embajadora” de los jóvenes de nuestra región”.
Como he contado en un
relato anterior, viajé al Japón en compañía de Zayra en marzo de 2003 (a pesar
de que había jurado no volver a fungir de chaperón luego de la experiencia de
Quebec…)


Posteriormente “Solidaridad-Agua-Europa”
ha organizado otros eventos de ese tipo en 2004 / Disentis (Suiza); 2005 /
Uzlina & Tulcea (Rumania); 2006 / Chisinau (Moldavia); 2008 / Bonn
(Alemania); 2009 / Nijni Novgorod (Rusia); 2011 / Arnhem (Holanda) y 2013 / Lago
Sevan (Armenia).
En todos estos años más
de 2.500 jóvenes de 25 países han participado en los parlamentos.

Reservé un vuelo en Air
France desde Bogotá a París el 29 de agosto y luego, al día siguiente, el 30 de
ese mes, una conexión a Sofía, la capital de Bulgaria en esa misma compañía. Diana
me envió instrucciones de la forma de trasladarme del aeropuerto a la estación
de trenes para comprar allí un pasaje hacia la ciudad de Stara Zagora.
Stara Zagora está
situada en la provincia del mismo nombre en el centro del país. Tiene una
población de 136.000 habitantes y es la sexta ciudad más poblada de Bulgaria. Es
un importante centro administrativo e industrial y tiene un rol importante
como nodo central de la red ferroviaria búlgara que conecta la ciudad con el
resto del país y también con Europa Oriental y Occidental.
Al llegar a la estación
me estaba esperando un colega de Diana quién me acompañó a la estación de
autobuses y me dio instrucciones sobre la forma de llegar al hotel en el que se
iba a desarrollar el “parlamento de los jóvenes” en una región montañosa a las
afueras de la ciudad.

Bajé del autobús en
donde el chofer me indicó, cargué mi mochila me dirigí bosque adentro por un
caminito que aquel buen hombre, me indicó -por medio de señas- era la senda
para llegar a mi hotel.
No dejaba de estar
bastante nervioso pues ahora seguía en medio de un bosque en un territorio
desconocido pero además, me encontraba a pie y la noche comenzaba a caer
aceleradamente. Seguí ese camino lastrado con la esperanza de que efectivamente
me condujera al hotel… al adentrarme en el bosque luego de dejar la utopista, al
principio veía solo pinos, pero luego de una pequeña curva, efectivamente me
topé manos a boca con una generosa explanada y una gran construcción.
El hotel en el que iba a
tener lugar el Parlamento era una antigua estación vacacional de la época del
comunismo… seguramente un sitio de veraneo para los obreros y sus familias. El
edificio se veía limpio pero bastante golpeado por los años. Un buen ejemplo de
las mega-obras de ese período histórico: funcional, sólido, resistente pero sin
ninguna búsqueda estética ni pretensión formal.
Se trataba de un
gigantesco complejo de hormigón, de tres pisos… sus muros, de un tono gris
mohoso que si alguna vez tuvo algún color, ahora evidenciaba el paso de los
años, la humedad del bosque y los crudos inviernos.
Decenas de ventanas
sencillas, todas del mismo tamaño, se perdían en los interminables muros de dos
bloques semejantes, mostraban que el hotel era un alojamiento colectivo formado
por larguísimos corredores en el que se alineaban habitaciones y más
habitaciones de lado y lado.
Al centro de estos dos
bloques, el vestíbulo de acceso era espacioso pero sin ningún detalle de
decoración o buen gusto al igual que el comedor y los grandes salones donde
iban a desarrollarse las sesiones… éstos espacios eran grandes, fríos, con
paredes, columnas, losas y vigas vistas, todas enlucidas y pintadas de un color
verde agua pálido. En todos ellos se apreciaban muebles de madera charolada,
tapizados con falso cuero de color ladrillo (saldo de modelos del modernismo de
los años treinta)… y en casi todas las esquinas lámparas de pie con pantallas
de pergamino de tamaño desproporcionado y horribles jarrones con flores de
plástico de todos los colores.
Las habitaciones eran
enormes, altas y frías, sin ningún detalle de decoración salvo un cuadro
enmarcado en paspartú, generalmente una escena campesina: el vado de un rio, la
trilla del trigo en el campo, el corral con una vaca de cuernos largos, un
percherón, una oveja y un par de gansos.
Los armarios de estas
enormes habitaciones eran de madera tallada y charolada. Tenían suficiente
espacio para colgar ropa, decenas de cajones y compartimentos como si los
huéspedes pasaran allí la vida entera con prendas y calzado para las cuatro
estaciones y no una semanita de merecidas vacaciones con la familia, ganada
como gratificación del sacrificado trabajo del año.
Los baños eran también
gigantescos, con tina, lavabo de pedestal, bidet e inodoro de color rosado, de
los viejos modelos de principio del siglo XX. Los pisos y paredes se hallaban
cubiertos de baldosa cuadradas de cemento, colocadas en damero como en un juego
de ajedrez descomunal, unas de color verde claro y otras de tono blanco
grisáceo. Lo que más me impresionó era que el agua caliente provenía -supongo-
de un caldero centralizado y se debía dejar correr a chorros, por
interminablemente largos minutos hasta que comenzara a fluir primero tibia y
luego hirviente como para pelar pollos… Era impresionante el desperdicio del
líquido sin ninguna opción de reducir esa irracionalidad.
El 31 de agosto al día
siguiente de mi llegada bajé a desayunar y me dirigí a la sala principal donde
tendría lugar el parlamento.

Me enteré
que ella y yo íbamos a ser los encargados de
la facilitación y animación de las diversas sesiones y actividades.
Trabajamos todo el día con estos colegas en la programación y detalles menores
del evento y dejamos todo listo para la inauguración prevista para el día
siguiente.
El mismo día domingo 31
de agosto, los participantes empezaron a llegar a la sede del evento. En total
participaron en el “Parlamento Europeo del agua y la Juventud”, ochenta y tres jóvenes
-hombres y mujeres- de: Armenia, Bélgica, Bosnia-Hertzegovina, Grecia,
Kirguistán, Macedonia, Moldavia, Rumania, Rusia, Ucrania y del país anfitrión,
Bulgaria, a lso que se sumaban observadores de Francia, África y América Latina.
Todos dispuestos a comparar e intercambiar experiencias y establecer acuerdos
de cooperación con las otras delegaciones.
El primer día se
realizaron reuniones informativas para familiarizar a los participantes y a sus
acompañantes adultos con los pormenores y la modalidad del evento.

Cada stand se organizó gracias
a la exhibición de afiches, publicaciones, folletos, fotos y vídeos de cada
país. En muchos de ellos la decoración incluía material de difusión turística,
música y ropas tradicionales.
En la noche del primer
día todos participamos en una cena de bienvenida dirigida también a romper el
hielo y familiarizar a los distintos participantes con sus colegas de otros
países y regiones.
Resultaba importante
también que se pudieran establecer los idiomas de intercambio y comunicación.
Muchos podían comunicarse entre sí en ruso, una buena parte en inglés y otros
pocos en francés, sobre todo los moldavos y rumanos que no dominaban ni el ruso
ni el inglés…

El 2 de Septiembre se
realizó el acto formal de inauguración del Parlamento y la primera sesión
plenaria de aquel período de sesiones. En la mesa directiva de esa
sesión de apertura participó el Alcalde de Stara Zagora, funcionarios de “Earth
Forever” y “Solidaridad-Agua-Europa” y yo, como invitado especial de América
Latina.

Todos brindaron comidas
y bebidas típicas. La mayoría de las delegaciones presentaron algo especial a
sus amigos, así que lograron crear una atmósfera impactante con sus bellas
canciones y delicados bailes.

En las jornadas de la
mañana se realizaron sesiones plenarias de discusión del parlamento y en las
jornadas de la tarde -también en sesiones plenarias- los participantes realizaban
presentaciones de su respectivo país para compartir sus experiencias y los resultados
de estudios de caso.

En los intermedios de
las reuniones pude departir con un periodista moldavo del periódico
independiente ADEVARUL (VERDAD) que se publica en regularmente en tres idiomas:
rumano, ruso e inglés.
ADEVARUL es una
publicación de la ONG "Terra-1530", que opera desde 1999 según me
contó este amigo y tiene como misión instruir y fortalecer la capacidad de las
comunidades rurales de Moldavia sobre diversos temas referidos al desarrollo
sostenible.

Mi amigo no solo era
periodista de ese periódico sino un activista muy comprometido con los temas
ambientales. Viajó a la reunión de Stara Zagora como adulto acompañante de los
tres jóvenes, un chico y dos muchachas, que participaron en el Parlamento en
representación de Moldavia.
En otra fotografía de la
primera plana esa edición del periódico que tuvo la amabilidad de enviarme, se
le ve a él con los tres jóvenes moldavos.
Como la mayoría de los
adultos que acompañaban a las otras delegaciones se comunicaban más bien en
ruso (que resultó ser su lengua común), yo tuve oportunidad de charlar mucho
con el colega Moldavo.
Me enteré que Moldavia
es hoy una república parlamentaria independiente, ubicada entre Rumania y
Ucrania. Durante la Edad Media el territorio del llamado “Principado de
Moldavia” era mucho más grande; ahora está dividido entre tres países: Rumania,
Ucrania y la actual Moldavia; éste último fue parte de la URSS hasta 1991
cuando se declaró república independiente.
La economía moldava ha
sido tradicionalmente agrícola; produce básicamente girasol, tabaco, cereales, uvas
y otras frutas, hortalizas, remolacha azucarera y papas. Durante la época
soviética tuvo un acelerado proceso de industrialización, especialmente en la
producción de vino y azúcar de remolacha.
Mi amigo el periodista nos
comentó que el pueblo de Milestii Mici
es la cuna del vino moldavo. En sus inmediaciones se encuentra un fantástico
atractivo turístico, la bodega de la Empresa Estatal del Vino de
Moldavia, una cava subterránea donde se almacenan, conservan y añejan vinos de
altísima gama. Está catalogada como la mayor
bodega de vinos del mundo pues alberga más de dos millones de botellas
en galerías subterráneas de piedra caliza que se extienden en un área de más de
50 hectáreas.

Mi amigo había llevado
una buena provisión de excelentes vinos moldavos; deliciosos tintos (negrus),
blancos (albs) de muy buena calidad y una provisión de varias botellas de una
extraordinario vino más azucarado y de mayor contenido alcohólico que en el
mundo de habla inglesa se conoce como
"late harvest" pero en Moldavia se denomina con el apelativo francés
de “vendange tardive”. La traducción al castellano sería “vendimia tardía”.
En todas nuestras
pláticas aparecían como por encanto algunas copas, un descorchador y diversas
botellas que pudimos degustar con verdadero deleite.
Pero no nos apartemos
del tema del Parlamento (a pesar de que el tema de los vinos me resultó
realmente grato durante mi estadía en ese hotel de las montañas de Stara
Zagora).
Durante las reuniones temáticas
que se efectuaron durante el Parlamento, los jóvenes hicieron el lanzamiento de
la “Red de la juventud y el agua”, agrupación que decidieron crear para luchar a
favor del abastecimiento de agua potable, el saneamiento y la higiene como
condiciones indispensables para un ambiente seguro y para mejorar la salud
humana.
Al final de las
deliberaciones los participantes aprobaron por unanimidad una declaración “sobre
la juventud y el agua” como un documento marco para sus futuros trabajos.
La declaración comenzaba
con palabra muy emotivas: “Nosotros, los jóvenes de quince países de Europa, el
Cáucaso, Asia Central, América Latina y África, reunidos en Stara Zagora,
Bulgaria, para el “Parlamento del agua y la juventud” para compartir nuestros
conocimientos, habilidades y esfuerzos dirigidos a proporcionar soluciones a
los problemas relacionados con la gestión participativa del agua, calidad del
agua, saneamiento e higiene...”

Krasina Koleva, joven
búlgara, de 17 años, Co-presidenta del “IV Parlamento Europeo del agua y la Juventud” participó, antes de la clausura
del evento, en una rueda de prensa… en esa oportunidad expresó su optimismo por
las acciones que los jóvenes podían desarrollar respecto a la problemática del
agua:

Al escuchar a Krasina y
al volver a leer la transcripción de sus pensamientos uno se puede dar cuenta
que todos los esfuerzos por lograr la interacción de la juventud para crear
conciencia sobre los problemas ambientales, del agua y del planeta son
totalmente pertinentes.
Y claro, como ya he mencionado, los pequeños esfuerzos de viajar como facilitador
a un evento como ese, los líos de los idiomas y la transportación por montañas
perdidas, no significan nada al ponerlos en una balanza junto a la enorme
satisfacción de ver que quienes nos tomarán la posta en estas luchas, lo harán
provistos de una pasión, convencimiento y argumentos aún mayores que los
nuestros.
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