martes, 12 de agosto de 2014

Bulgaria 1: El Parlamento europeo del agua y la Juventud



Como ya he relatado, en Noviembre de 2002, tuvo lugar en Quebec el “Parlamento Mundial de la Juventud y el Agua”, organizado por el “Secretariado Internacional del Agua - SIA”.

Asistí a ese encuentro acompañando a la delegación ecuatoriana: una joven de Quito y dos jóvenes de Cotacachi que participaron gracias al auspicio del PNUD la primera y del Municipio y la Asamblea Cantonal de Cotacachi y de UNICEF las dos últimas.

En ese evento, Zayra Barahona, una de las chicas de Cotacachi, fue elegida como delegada por América Latina al “Tercer Foro Mundial del Agua” que iba a desarrollarse en Kioto pocos meses después.

A mediados de diciembre del 2002, Raymond Jost me escribió invitándome a participar en la “Asamblea Mundial de Sabios del Agua” que el “SIA” estaba organizando en el marco del Foro y pidiéndome que acompañara a Zayra que estaba también invitada al Japón, a ese importante evento organizado por el “Consejo Mundial del Agua”, como “embajadora” de los jóvenes de nuestra región”.

Como he contado en un relato anterior, viajé al Japón en compañía de Zayra en marzo de 2003 (a pesar de que había jurado no volver a fungir de chaperón luego de la experiencia de Quebec…)

Pocos meses después, debe haber sido a mediados de julio, recibí un fax de Diana Iskreva, presidenta de la ONG búlgara “Earth Forever”. Diana era mi colega en el Comité de Administración del “Secretariado Internacional del Agua”, en su carta me invitaba para participar como “facilitador” en el “Parlamento europeo del agua y la Juventud” que “Solidaridad-Agua-Europa” y “Earth Forever” estaban organizando en Bulgaria a fines de ese año.

Desde 1998, “Solidaridad-Agua-Europa” había organizado con mucho éxito los “Parlamentos europeos del agua y la juventud”. El primero tuvo lugar en 1999 en Espalion (Francia), el segundo en 2001 en Barcs (Hungría), el tercero en 2003 en Marsaxxlok (Malta) y el cuarto tendría lugar en Stara Zagora (Bulgaria) en 2003.

Posteriormente “Solidaridad-Agua-Europa” ha organizado otros eventos de ese tipo en 2004 / Disentis (Suiza); 2005 / Uzlina & Tulcea (Rumania); 2006 / Chisinau (Moldavia); 2008 / Bonn (Alemania); 2009 / Nijni Novgorod (Rusia); 2011 / Arnhem (Holanda) y 2013 / Lago Sevan (Armenia).


En todos estos años más de 2.500 jóvenes de 25 países han participado en los parlamentos.

El “IV Parlamento Europeo del agua y la juventud” se celebró en Stara Zagora, una ciudad situada al centro de Bulgaria, entre el 1 y el 7 de septiembre de 2003. La organización del evento estuvo a cargo de la organización no gubernamental “Earth Forever” en estrecha colaboración con el “Secretariado Internacional del Agua” (con sede en Quebec, Canadá), “Solidaridad-Agua-Europa” (con sede en Estrasburgo, Francia) y el “Consejo de colaboración para el agua y el saneamiento - WSSCC” (con sede en Ginebra, Suiza), junto a varios otros actores locales.

Reservé un vuelo en Air France desde Bogotá a París el 29 de agosto y luego, al día siguiente, el 30 de ese mes, una conexión a Sofía, la capital de Bulgaria en esa misma compañía. Diana me envió instrucciones de la forma de trasladarme del aeropuerto a la estación de trenes para comprar allí un pasaje hacia la ciudad de Stara Zagora.

Stara Zagora está situada en la provincia del mismo nombre en el centro del país. Tiene una población de 136.000 habitantes y es la sexta ciudad más poblada de Bulgaria. Es un importante centro administrativo e industrial y tiene un rol importante como nodo central de la red ferroviaria búlgara que conecta la ciudad con el resto del país y también con Europa Oriental y Occidental.

Al llegar a la estación me estaba esperando un colega de Diana quién me acompañó a la estación de autobuses y me dio instrucciones sobre la forma de llegar al hotel en el que se iba a desarrollar el “parlamento de los jóvenes” en una región montañosa a las afueras de la ciudad.

Cuando el bus dejó la terminal y comenzó a dirigirse hacia un destino incierto por una autopista casi desierta que atravesaba una interminable zona boscosa comencé a preguntarme: ¿qué diablos hago aquí?... Es que en realidad me hallaba en medio de un país desconocido, dirigiéndome a un lugar también desconocido, en un bus lleno de gente con la que no podía comunicarme de forma alguna y con la esperanza de que el conductor no se olvidara de anunciarme el lugar donde debía bajar en medio de esas interminables colinas cubiertas de pinos y más pinos que se perdían tras el horizonte como si no tuvieran fin.  

Bajé del autobús en donde el chofer me indicó, cargué mi mochila me dirigí bosque adentro por un caminito que aquel buen hombre, me indicó -por medio de señas- era la senda para llegar a mi hotel.

No dejaba de estar bastante nervioso pues ahora seguía en medio de un bosque en un territorio desconocido pero además, me encontraba a pie y la noche comenzaba a caer aceleradamente. Seguí ese camino lastrado con la esperanza de que efectivamente me condujera al hotel… al adentrarme en el bosque luego de dejar la utopista, al principio veía solo pinos, pero luego de una pequeña curva, efectivamente me topé manos a boca con una generosa explanada y una gran construcción.

El hotel en el que iba a tener lugar el Parlamento era una antigua estación vacacional de la época del comunismo… seguramente un sitio de veraneo para los obreros y sus familias. El edificio se veía limpio pero bastante golpeado por los años. Un buen ejemplo de las mega-obras de ese período histórico: funcional, sólido, resistente pero sin ninguna búsqueda estética ni pretensión formal.

Se trataba de un gigantesco complejo de hormigón, de tres pisos… sus muros, de un tono gris mohoso que si alguna vez tuvo algún color, ahora evidenciaba el paso de los años, la humedad del bosque y los crudos inviernos.

Decenas de ventanas sencillas, todas del mismo tamaño, se perdían en los interminables muros de dos bloques semejantes, mostraban que el hotel era un alojamiento colectivo formado por larguísimos corredores en el que se alineaban habitaciones y más habitaciones de lado y lado.

Al centro de estos dos bloques, el vestíbulo de acceso era espacioso pero sin ningún detalle de decoración o buen gusto al igual que el comedor y los grandes salones donde iban a desarrollarse las sesiones… éstos espacios eran grandes, fríos, con paredes, columnas, losas y vigas vistas, todas enlucidas y pintadas de un color verde agua pálido. En todos ellos se apreciaban muebles de madera charolada, tapizados con falso cuero de color ladrillo (saldo de modelos del modernismo de los años treinta)… y en casi todas las esquinas lámparas de pie con pantallas de pergamino de tamaño desproporcionado y horribles jarrones con flores de plástico de todos los colores.

Las habitaciones eran enormes, altas y frías, sin ningún detalle de decoración salvo un cuadro enmarcado en paspartú, generalmente una escena campesina: el vado de un rio, la trilla del trigo en el campo, el corral con una vaca de cuernos largos, un percherón, una oveja y un par de gansos.

Los armarios de estas enormes habitaciones eran de madera tallada y charolada. Tenían suficiente espacio para colgar ropa, decenas de cajones y compartimentos como si los huéspedes pasaran allí la vida entera con prendas y calzado para las cuatro estaciones y no una semanita de merecidas vacaciones con la familia, ganada como gratificación del sacrificado trabajo del año.

Los baños eran también gigantescos, con tina, lavabo de pedestal, bidet e inodoro de color rosado, de los viejos modelos de principio del siglo XX. Los pisos y paredes se hallaban cubiertos de baldosa cuadradas de cemento, colocadas en damero como en un juego de ajedrez descomunal, unas de color verde claro y otras de tono blanco grisáceo. Lo que más me impresionó era que el agua caliente provenía -supongo- de un caldero centralizado y se debía dejar correr a chorros, por interminablemente largos minutos hasta que comenzara a fluir primero tibia y luego hirviente como para pelar pollos… Era impresionante el desperdicio del líquido sin ninguna opción de reducir esa irracionalidad.   

El 31 de agosto al día siguiente de mi llegada bajé a desayunar y me dirigí a la sala principal donde tendría lugar el parlamento. 

Pude allí saludar y conocer a varios colegas de la ONG “Earth Forever” así como a Nicole Crochet colega de mi amigo Raymond Jost en “Solidaridad-Agua-Europa” cuya sede se encuentra en Estrasburgo. 

Me enteré que ella y yo íbamos a ser los encargados de  la facilitación y animación de las diversas sesiones y actividades. Trabajamos todo el día con estos colegas en la programación y detalles menores del evento y dejamos todo listo para la inauguración prevista para el día siguiente.

El mismo día domingo 31 de agosto, los participantes empezaron a llegar a la sede del evento. En total participaron en el “Parlamento Europeo del agua y la Juventud”, ochenta y tres jóvenes -hombres y mujeres- de: Armenia, Bélgica, Bosnia-Hertzegovina, Grecia, Kirguistán, Macedonia, Moldavia, Rumania, Rusia, Ucrania y del país anfitrión, Bulgaria, a lso que se sumaban observadores de Francia, África y América Latina. Todos dispuestos a comparar e intercambiar experiencias y establecer acuerdos de cooperación con las otras delegaciones.

Las actividades comenzaban cada día desde las nueve de la mañana hasta la nueve de la noche, con cortes rigurosos para el desayuno, el almuerzo y la cena que se servían como en un cuartel, entre las 7 y las 8, entre las 12 y la 1 y entre las 7 y las 8 sin ninguna posibilidad de cambio de horario. Todos muy sencillo y hasta frugal. Un vaso de jugo, café o té, dos tostadas, mermelada y mantequilla en el desayuno; sopa, plato fuerte y postre acompañado de un vaso de jugo o té, en el almuerzo y la cena.

El primer día se realizaron reuniones informativas para familiarizar a los participantes y a sus acompañantes adultos con los pormenores y la modalidad del evento.

En la tarde se asignaron los espacios para que los chicos pudieran armar su respectivo stand pues entre otras actividades culturales se había previsto una exhibición de materiales de difusión y comunicación de cada país, así como de las acciones e iniciativas realizadas por los jóvenes a favor del agua y el saneamiento en sus lugares de origen.

Cada stand se organizó gracias a la exhibición de afiches, publicaciones, folletos, fotos y vídeos de cada país. En muchos de ellos la decoración incluía material de difusión turística, música y ropas tradicionales.

En la noche del primer día todos participamos en una cena de bienvenida dirigida también a romper el hielo y familiarizar a los distintos participantes con sus colegas de otros países y regiones.

Resultaba importante también que se pudieran establecer los idiomas de intercambio y comunicación. Muchos podían comunicarse entre sí en ruso, una buena parte en inglés y otros pocos en francés, sobre todo los moldavos y rumanos que no dominaban ni el ruso ni el inglés…

No fue fácil facilitar los diálogos entre gentes de una región cercana pero que se expresaban en armenio, griego, rumano, ruso, ucraniano, bosnio, macedonio, búlgaro, francés y, quién sabe qué otras lenguas, inentendibles para unos y para otros.

El 2 de Septiembre se realizó el acto formal de inauguración del Parlamento y la primera  sesión  plenaria de aquel período de sesiones. En la mesa directiva de esa sesión de apertura participó el Alcalde de Stara Zagora, funcionarios de “Earth Forever” y “Solidaridad-Agua-Europa” y yo, como invitado especial de América Latina.

Al finalizar el segundo día tuvo lugar una hermosa actividad denominada la "Noche de las Naciones" en la que cada una de las delegaciones ofreció a los otros participantes una muestra de elementos significativos de su propia cultura a través de danzas, música y canciones, con sus trajes nacionales y los colores de su respectivo país.

Todos brindaron comidas y bebidas típicas. La mayoría de las delegaciones presentaron algo especial a sus amigos, así que lograron crear una atmósfera impactante con sus bellas canciones y delicados bailes.

Raymond habló de cosas serias al principio de una corta intervención para recalcar en los objetivos y retos del Parlamento y luego hizo las delicias de los presentes con una serie de juegos interactivos llenos de creatividad y buen humor destinados también a romper las distancias culturales e idiomáticas.  

En las jornadas de la mañana se realizaron sesiones plenarias de discusión del parlamento y en las jornadas de la tarde -también en sesiones plenarias- los participantes realizaban presentaciones de su respectivo país para compartir sus experiencias y los resultados de estudios de caso.

En las sesiones de la noche en cambio, se realizaban presentaciones y reuniones en grupos temáticos pequeños durante las cuales se debatían temas nodales, de importancia para el Parlamento, las decisiones y sugerencias para ser llevadas a las reuniones plenarias eran tomadas por los jóvenes reunidos en esos grupos por temas o asuntos de común interés y con la asesoría de los facilitadores internacionales y los coordinadores del evento.

En los intermedios de las reuniones pude departir con un periodista moldavo del periódico independiente ADEVARUL (VERDAD) que se publica en regularmente en tres idiomas: rumano, ruso e inglés.

ADEVARUL es una publicación de la ONG "Terra-1530", que opera desde 1999 según me contó este amigo y tiene como misión instruir y fortalecer la capacidad de las comunidades rurales de Moldavia sobre diversos temas referidos al desarrollo sostenible.

A los pocos días luego de la finalización del evento en la edición de octubre del 2003 de este medio, mi amigo hizo un reportaje sobre el “Parlamento del agua y la juventud”, en la primera página puso una foto de los dos facilitadores, con un pié de foto: “Nicole Crochet de Estrasburgo (Francia) y Mario Vásconez del Ecuador (América Latina) frente al stand de la República Moldava”.

Mi amigo no solo era periodista de ese periódico sino un activista muy comprometido con los temas ambientales. Viajó a la reunión de Stara Zagora como adulto acompañante de los tres jóvenes, un chico y dos muchachas, que participaron en el Parlamento en representación de Moldavia.

En otra fotografía de la primera plana esa edición del periódico que tuvo la amabilidad de enviarme, se le ve a él con los tres jóvenes moldavos.

Como la mayoría de los adultos que acompañaban a las otras delegaciones se comunicaban más bien en ruso (que resultó ser su lengua común), yo tuve oportunidad de charlar mucho con el colega Moldavo.

Me enteré que Moldavia es hoy una república parlamentaria independiente, ubicada entre Rumania y Ucrania. Durante la Edad Media el territorio del llamado “Principado de Moldavia” era mucho más grande; ahora está dividido entre tres países: Rumania, Ucrania y la actual Moldavia; éste último fue parte de la URSS hasta 1991 cuando se declaró república independiente.

La economía moldava ha sido tradicionalmente agrícola; produce básicamente girasol, tabaco, cereales, uvas y otras frutas, hortalizas, remolacha azucarera y papas. Durante la época soviética tuvo un acelerado proceso de industrialización, especialmente en la producción de vino y azúcar de remolacha.

Mi amigo el periodista nos comentó que el pueblo de Milestii Mici es la cuna del vino moldavo. En sus inmediaciones se encuentra un fantástico atractivo turístico, la bodega de la Empresa Estatal del Vino de Moldavia, una cava subterránea donde se almacenan, conservan y añejan vinos de altísima gama. Está catalogada como la mayor bodega de vinos del mundo pues alberga más de dos millones de botellas en galerías subterráneas de piedra caliza que se extienden en un área de más de 50 hectáreas.

El vino moldavo está catalogado como uno de los mejores del mundo y se exporta a diversos países de Europa así como a Japón y Estados Unidos.

Mi amigo había llevado una buena provisión de excelentes vinos moldavos; deliciosos tintos (negrus), blancos (albs) de muy buena calidad y una provisión de varias botellas de una extraordinario vino más azucarado y de mayor contenido alcohólico que en el mundo de habla inglesa se conoce  como "late harvest" pero en Moldavia se denomina con el apelativo francés de “vendange tardive”. La traducción al castellano sería “vendimia tardía”.

En todas nuestras pláticas aparecían como por encanto algunas copas, un descorchador y diversas botellas que pudimos degustar con verdadero deleite.

Pero no nos apartemos del tema del Parlamento (a pesar de que el tema de los vinos me resultó realmente grato durante mi estadía en ese hotel de las montañas de Stara Zagora).

Durante las reuniones temáticas que se efectuaron durante el Parlamento, los jóvenes hicieron el lanzamiento de la “Red de la juventud y el agua”, agrupación que decidieron crear para luchar a favor del abastecimiento de agua potable, el saneamiento y la higiene como condiciones indispensables para un ambiente seguro y para mejorar la salud humana. 

Al final de las deliberaciones los participantes aprobaron por unanimidad una declaración “sobre la juventud y el agua” como un documento marco para sus futuros trabajos.

La declaración comenzaba con palabra muy emotivas: “Nosotros, los jóvenes de quince países de Europa, el Cáucaso, Asia Central, América Latina y África, reunidos en Stara Zagora, Bulgaria, para el “Parlamento del agua y la juventud” para compartir nuestros conocimientos, habilidades y esfuerzos dirigidos a proporcionar soluciones a los problemas relacionados con la gestión participativa del agua, calidad del agua, saneamiento e higiene...”

En la sesión de clausura los jóvenes se propusieron impulsar la red, luchar por hacer realidad los ítems de su declaración y juraron respetar la resolución de las Naciones Unidas sobre el agua “como un derecho humano”.

Krasina Koleva, joven búlgara, de 17 años, Co-presidenta del “IV Parlamento Europeo del agua y  la Juventud” participó, antes de la clausura del evento, en una rueda de prensa… en esa oportunidad expresó su optimismo por las acciones que los jóvenes podían desarrollar respecto a la problemática del agua:  

-       "Me he vuelto más optimista. En algún momento llegué a dudar del desarrollo y del progreso. Pero debido al hecho de haber podido conocer a tantas personas que se sienten  preocupados por el tema ambiental, que trabajan duro, que están motivados y tratan de cooperar con otros países, empiezo a pensar que se pueden hacer mejor las cosas. Somos diferentes y no tenemos los mismos problemas. Pero no obstante, nos las arreglamos para encontrar similitudes y soluciones globales que pueden ser aplicadas por las actividades locales. Debemos ponernos a trabajar”…

Al escuchar a Krasina y al volver a leer la transcripción de sus pensamientos uno se puede dar cuenta que todos los esfuerzos por lograr la interacción de la juventud para crear conciencia sobre los problemas ambientales, del agua y del planeta son totalmente pertinentes.

Y claro, como ya he mencionado, los pequeños esfuerzos de viajar como facilitador a un evento como ese, los líos de los idiomas y la transportación por montañas perdidas, no significan nada al ponerlos en una balanza junto a la enorme satisfacción de ver que quienes nos tomarán la posta en estas luchas, lo harán provistos de una pasión, convencimiento y argumentos aún mayores que los nuestros.

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