domingo, 12 de octubre de 2014

Ecuador 69 Evento nudista en el parque Itchimbía

Nuestro paso por el Parque Itchimbía

Como ya he relatado, merced a un convenio con la Corporación “Vida para Quito,” el Consorcio “CIUDAD-Ecogestión tomó a su cargo la administración del Parque Itchimbía desde mediados de enero de 2004.

El parque Itchimbía estuvo bajo nuestra responsabilidad hasta el 31 de agosto de 2010. En casi siete años en los que realizamos al manejo integral de ese parque hicimos lo mejor en cuanto a seguridad, vigilancia, jardinería y mantenimiento.

Nos brindamos íntegros en la atención a usuarios y visitantes y procuramos ser eficientes en la gestión administrativa y financiera; proactivos en las relaciones con otras instituciones e innovadores en el desarrollo de actividades de educación ciudadana, cultura, recreación, turismo y manejo ambiental.

En coordinación con el Centro Cultural del Itchimbía fuimos impulsores de un sinnúmero de actividades artísticas y culturales… apoyamos e impulsamos todo tipo de propuestas de artistas y creadores; confirmando lo que manifesté al recibir el Parque por parte del municipio en el año 2004: “…buscaremos que la música, la escultura, la pintura, los libros y los poetas se instalen con confianza en el parque, complementándose de manera recíproca…”.



Manifestación nudista por la paz, la tolerancia, la igualdad y el respeto a la tierra.


En diciembre de 2009 recibimos una carta del joven fotógrafo José Tapia. Nos proponía realizar en el Itchimbía la primera concentración nudista organizada en Quito.

En su comunicación nos comentaba que el objetivo central de ese evento apuntaba a que los participantes pudieran expresarse contra la intolerancia y en favor de la integración, la paz, la igualdad y el respeto a la tierra. 

En su propuesta nos mencionaba que su iniciativa se inspiraba en las “performances” de Spencer Tunick, ese controvertido fotógrafo americano, especializado en fotografiar grandes multitudes de personas desnudas en diversas disposiciones artísticas.

Al principio no sabíamos si aceptar o no esta singular propuesta pues la colectividad quiteña es todavía bastante conservadora y no queríamos tener problemas con los usuarios del parque, ni con la prensa y menos aún, causar problemas al Municipio o a “Vida para Quito” que nos habían contratado.

Además nuestro contrato para la gestión integral del Parque Itchimbía estaba próximo a concluir y como la decisión de la nueva administración municipal era de no renovarnos el contrato, no deseábamos originar ningún tipo de conflicto con las nueva autoridades al final de nuestra administración.

El mandato de Gral. Paco Moncayo como Alcalde de Quito había concluido y ahora la municipalidad estaba a cargo del Dr. Augusto Barrera; de igual forma el Vicealcalde Andrés Vallejo había dejado la Gerencia de “Vida para Quito” y en su remplazo se desempeñaba de forma temporal como Gerente - Interventor el economista Iván Tapia.

Fue con el Interventor Iván Tapia justamente, con quien tuve que conversar para tener la última palabra respecto a la solicitud de su tocayo, el fotógrafo José Tapia, para organizar aquel evento nudista en el Itchimbía.

Finalmente resultó que Iván Tapia era muy aficionado a la fotografía y admiraba la obra de Tunick, por lo que no tuvo ningún inconveniente en tomar el riesgo de autorizar la realización del evento propuesto en el Parque.

Con el equipo del Consorcio CIUDAD-Ecogestión encargado del manejo del Itchimbía, analizamos una serie de problemas que se deberían resolver previamente y tomamos algunas decisiones para que esta convocatoria no nos originara demasiado barullo.

Contando con la autorización de “Vida para Quito”, informamos del acto al Municipio, pedimos apoyo a la Policía Nacional y a la Policía Metropolitana para que colaborara ese día para evitar conflictos con visitantes y curiosos; pedimos igualmente apoyo a los Bomberos, a la EMAAP y al 911 para garantizar primeros auxilios e hidratación para nuestros encuerados visitantes y planificamos un operativo especial con nuestro personal de guardabosques para apoyar el acto y mantener todo bajo control.

Tomamos la decisión de que el evento se realizaría en una zona protegida del parque, libre de miradas indiscretas de usuarios, turistas, caminantes y deportistas y, con una cierta restricción de ingreso para el público. Planificamos generar una suerte de filtrado para dejar fuera de la zona prevista -en la medida de los posible- a menores de edad, curiosos y morbosos.

También analizamos que un evento de esa naturaleza podía convocar a grupos opositores y contestatarios. No se descartaron diferentes tipos de protestas y sugerimos a la policía que debería estar preparada para controlar ese tipo de disturbios.

Decidimos que el evento debía desarrollarse lo más alejado de las áreas e instalaciones más concurridas: del Centro Cultural del Itchimbía, del área de los planteles educativos, de las instalaciones de la Liga Barrial, de las otros zonas deportivas y de los juegos infantiles próximas a la Casa-Hacienda Piedrahíta y de las caminerías de peatones y ciclistas más usadas en el Itchimbía por visitantes y turistas.

Vimos que el lugar más adecuado para el encuentro nudista era el espacio denominado “El Ágora” (diseñado por mi amigo Hernán Burbano) en el sector conocido como el “Rincón de los Sentidos”, no muy transitado y protegido por la vegetación y la topografía para que “fotógrafos” y “modelos” pudieran sentirse cómodos y a gusto.  



Así pues, como reseñó la prensa, al medio día, del domingo 13 de diciembre del 2009, en el Ágora del Parque Itchimbía, “se llevó a cabo una manifestación nudista con el objetivo de promover la tolerancia y la integración. 



A ese evento acudieron más de un centenar de adultos, con la intención de manifestar el respetar al otro y a asumir nuevas actitudes frente a lo diferente, buscando la integración de todos”. 



Pero conozcamos algo más de los antecedentes de esa novedosa propuesta.


Los desnudos de Spencer Tunick



Spencer Tunick (Middletown/New York – 1967) es un fotógrafo cuya propuesta es realizar  “innovadoras instalaciones” para fotografiar grupos de de numerosas personas desnudas, en diversos contextos urbanos y rurales en  posiciones artísticas muy variadas.

Los operativos previstos para que él pueda captar esas imágenes generan una serie de tensiones con el público pues en sus propuesta entran en confrontación o en diálogo conflictivo conceptos como: lo “público” y lo “privado”, lo “tolerado” y lo “prohibido”, lo considerado “moral” y aquello percibido como “inmoral” y naturalmente el tema de los derechos “individuales” y “colectivos”. 

Tunick comenzó en el año 1992 fotografiando personas desnudas por las calles de Nueva York. Sus fotos rápidamente se hicieron populares y decidió ampliar su trabajo a otros lugares de los Estados Unidos en su proyecto denominado “Estados desnudos”. Más tarde hizo una gira internacional, a la que denominó “Desnudos a la deriva” fotografiando grupos humasno desniudos en diversas ciudades del mundo: Brujas, Londres, Lyon, Melbourne, Montreal, Caracas, Santiago, México, São Paulo, Newcastle o Viena.

En junio de 2003, llegó a fotografiar a siete mil personas desnudas en Barcelona.


En mayo de 2007, en la Ciudad de México rompió su propio récord logrando juntar en el Zócalo de esa ciudad cerca de 19.000 persona que se desnudaron sin prejuicios.





En 2005 siete mil voluntarios posaron en la avenida María Cristina, en Barcelona.




Setecientas personas posaron en un viñedo de Borgoña (Francia) para advertir sobre los estragos que puede causar el cambio climático en el Planeta.




En Chile no solo hubo protestas por la instalación de Tunick sino también un debate público sobre el cuerpo.








En 2010, cinco mil australianos posaron sin ropa frente al Teatro de la Ópera de Sidney para poder ser fotografiados por Tunick.





La manifestación nudista en Quito de 2009

Para los participantes de la manifestación que José Tapia organizó en el Itchimbía, el nudismo tiene relación con la filosofía “naturalista”, por esa razón el evento perseguía objetivos ligados a lo social y la ecología. Se perseguía que los ciudadanos del Ecuador pudieran expresarse contra la intolerancia, a favor de la integración, la paz, la igualdad y el respeto a la Tierra.

En la concentración, los cuerpos desnudos de los asistentes, buscaban crear un símbolo de la paz, igualdad, equidad, tolerancia, integración y respeto por la naturaleza.

Según lo manifestó en una entrevista el organizador declaró estar complacido por la respuesta, ya que el evento encontró una "mente abierta" en los ecuatorianos.

Diversos medios de comunicación dieron cuenta del evento:


“El ágora del parque Itchimbía, ubicado en el centro de Quito, fue el escenario en el cual casi un centenar de personas se quitaron la ropa y formaron parte del primer evento nudista en el Ecuador”. 


“En un ambiente natural y de forma privada, se realizó ayer la primera concentración nudista en el país por la tolerancia y la integración mundial. El ágora del parque Itchimbía, ubicado en el centro de Quito, fue el escenario en el cual, alrededor de setenta personas, se quitaron la ropa y formaron parte del evento”.


“Esta actividad, considerada inusual, tuvo el objetivo de propiciar el respeto, disminuir los prejuicios y la discriminación de todo tipo. 
Al mediodía, los organizadores no permitieron la asistencia de espectadores y el área estuvo resguardada por 100 policías que cuidaban el ingreso. 

El Cuerpo de Bomberos esparció agua con mangueras para que los asistentes pudieran refrescarse del intenso sol. Únicamente la prensa y los organizadores tuvieron acceso a este evento”.


“El fotógrafo José Tapia, organizador en Ecuador, agradeció la presencia de los participantes y dijo que esta actividad es una manifestación liberadora, que pretende abrir horizontes y destruir un sinnúmero de tabús y barreras mentales en los seres humanos”.


“Pese a que los nudistas en un principio tuvieron temor por la presencia de las cámaras, tomaron confianza y dejaron a un lado sus prendas. 

Con la guía de Tapia y música instrumental, formaron figuras que representaban símbolos tanto de la integración como de la paz. Las posturas fetales e imágenes de igualdad como el cuadrado fueron otras de las actividades que se realizaron para lograr integrar a los asistentes y a todos los que se fueron sumando a las actividades”.


En el manejo del parque, nuestro Consorcio se propuso recuperar la loma del Itchimbía como un hito urbano del Centro Histórico de Quito y convertirla en un parque amigable para hacer posible el desarrollo de actividades culturales, recreativas, turísticas y ambientales; que permitan elevar la calidad de vida de los habitantes del Centro Histórico de Quito y de la ciudad y que propicien la recuperación del concepto amplio de “espacio público”.

En casi siete años en los que realizamos al manejo integral de ese parque hicimos lo mejor en cuanto a atención a usuarios y visitantes; buscando hacer de ese parque un lugar democrático donde el respeto y la inclusión de todas las personas fuesen ejes de una gestión innovadora.


En esa ocasión felizmente no tuvimos mayores inconvenientes y salimos bien librados de un acto controversial y potencialmente conflictivo: “la primera manifestación nudista en un espacio público” en el Ecuador.

Al finalizar el acto a media tarde, una de las periodistas de un canal de televisión que cubría el evento para el noticiero de esa noche, nos entrevistó a José Tapia como promotor del evento y a mí como presidente del consorcio “CIUDAD-Ecogestión” que tuvo a su cargo la organización de esa “performance”.

Luego de algunas preguntas de rutina en las que expliqué como habíamos planificado y previsto todo para no tener ningún tipo de inconvenientes, me soltó de improvisto una pregunta algo picante”:


-      “¿Y… usted arquitecto, por qué no se desvistió para sumarse de manera más directa a los objetivos del evento?”.


A pesar  de que no esperaba esa pregunta, tuve la chispa para una rápida respuesta inmediata:


-      “¡Lo hubiera hecho…pero  tal vez… hace unos veinte…!”


-      “¿Veinte años?”, preguntó la chica…


-      “¡Hace veinte kilos!”…, respondí yo. 


El parque Itchimbía estuvo bajo nuestra responsabilidad hasta el 31 de agosto de 2010. En todos esos años brindamos atención a más de veinticinco mil visitantes mensuales en ese espacio público (entre ellos, los casi cien encuerados de este relato). Fue un reto y una experiencia apasionante y aleccionadora, creemos ahora que efectivamente cumplimos adecuadamente y no les fallamos ni las autoridades ni a los habitantes de Quito que confiaron en nosotros.

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