jueves, 21 de abril de 2016

Ecuador 85: Función del espacio público en casos de desastre.




Como ya he relatado hace algunos años tuve una importante experiencia en el manejo y gestión de espacios públicos pues el Consorcio CIUDAD-Ecogestión administró el Parque Metropolitano Guangüiltagua (PMG) y el Parque Itchimbía de Quito, luego de haber ganado los concursos convocados por el Municipio Metropolitano y la Corporación “Vida Para Quito” para tal efecto.

Tuvimos a nuestro cargo la gestión integral de los dos parques hasta el 31 de agosto de 2010; en el parque Itchimbía laboramos por más de seis años desde enero de 2004  y en el Metropolitano por algo más de tres, desde fines de 2006 hasta la fecha mencionada.

Cuando estuvimos al frente de esos parques hicimos una propuesta referida a “potenciar la función de los espacios públicos en casos de desastre” que desgraciadamente no tuvo apoyo de los mandos medios de “Vida para Quito” la entidad que nos contrató…

Cuando se posesionó el nuevo alcalde (casi al finalizar nuestra gestión al frente de los parques) también entregamos la propuesta a la Secretaria Metropolitana de Seguridad Ciudadana, más a título informativo que en espera de apoyo y financiamiento pues nuestro contrato estaba ya concluyendo. Nos interesaba que la Municipalidad pudiera tomar alguna decisión al respecto, pero de lo que conozco, tampoco se dio paso o seguimiento a esta importante iniciativa.

En resumen breve, la propuesta apuntaba a que se pudiera desarrollar en el Metropolitano Guangüiltagua y en el Itchimbía dos prototipos de lo que podrían llamarse módulos de servicios para atender a refugiados, desplazados y damnificados en caso de eventos naturales catastróficos (terremotos, inundaciones, incendios, erupciones, hundimientos, deslaves, etc.) o antrópicos (explosiones, derrames de combustible, emisión de gases tóxicos, desplome de edificaciones, etc.).

El concepto era el siguiente: los parques al ser espacios amplios, sin edificaciones vecinas  y con facilidad de acceso pueden albergar población desplazada en condiciones seguras. En los grandes parques urbanos, en los parques medianos pero también en los parques barriales de las grandes ciudades, al igual que en los parques de ciudades intermedias y pequeñas, se deberían planificar y construir instalaciones que permitan que esos espacios puedan brindar albergue a personas que lo requieran en caso de un evento natural que haya afectado al centro poblado.

Los espacios públicos se planifican en general como: a) espacios deportivos, b) parques con elementos simbólicos (esculturas, monumentos…), andenes y bancas y/o c) como jardines con áreas de césped, macizos de flores, árboles ornamentales y elementos decorativos como pérgolas, kioscos, jardineras, luminarias, basureros y cualquier otro elemento de lo que se conoce como mobiliario urbano.


Casi nunca en cambio se piensa al espacio público como un territorio que a más de esas funciones ligadas al ocio, el descanso y el mejoramiento estético de un conglomerado urbano, pueda albergar también una función superior como espacio de acogida de poblaciones golpeadas por un evento de consecuencias catastróficas.

El módulo básico propuesto que podría desarrollarse en un pequeño parque urbano, pero que podría replicarse tantas veces cuántas fueren necesarias en parques más grandes, debía tener espacios convertibles, adaptables y versátiles para modificar sus funciones iniciales hacia otras muy diferentes, en caso de desastres.

  • Un simple césped o una cancha de fútbol en su uso cotidiano podría permitir la instalación de tiendas de campaña para albergar a las personas en casos de desastre.


  • Una plazoleta de piso duro usada para cancha de básquet, voleibol, patinaje, juegos tradicionales, etc. en su uso cotidiano, podría permitir la instalación de carpas de atención a la gente en caso de desastre (postas médicas de primeros auxilios y atención sicológica, áreas de trabajo para diversos terapistas, oficinas de coordinación, registro e información,  telecomunicaciones, etc.). 


  • Un espacio abierto-cubierto que podría albergar actividades artísticas, culturales y turísticas en lo cotidiano, tendría una función como centro de acogida, información, gestión y manejo de esas instalaciones y servicios en caso de catástrofe y para actividades de recreación y relajamiento -sobre todo en las noches- para los damnificados. 


  • Otras áreas deportivas (canchas de vóley, por ejemplo, en días ordinarios) podrían pasar a ser usadas para actividades recreativas, terapias grupales, gimnasia, etc., cuando estos espacios albergasen a desplazados o damnificados.    


  • Un área de juegos -cercada y delimitada- para uso infantil en lo cotidiano se podría transformar en un lugar seguro donde pudieran permanecer los niños bajo el cuidado responsable de adultos y para el desarrollo de actividades de esparcimiento con apoyo de personal especializado en caso de desastres.


  • Un espacio cubierto equipado con un gran mesón de trabajo, lavadero y una o varias parrillas para realizar comidas que pudiera servir para servicios complementarios del espacio público en lo cotidiano, se transformaría en cocina comunitaria para los moradores temporales de ese recinto, en caso de albergar a desplazados.

   
  • El módulo debe disponer también de un espacio de bodega para ciertos equipamientos básicos que se requieran en caso de emergencia y por supuesto, disponer de baterías sanitarias para hombres y mujeres, que incluyera duchas y lavaderos como un servicio de uso público sobre todo para los espacios deportivos que se usarían para las personas albergadas en esas instalaciones en caso de desastres.


Cada uno de estos módulos debería ser un ejemplo de uso sostenible de servicios, recursos y energía: a) deberían operar con reservas de agua lluvia para las baterías sanitarias (aseo personal y de ropa) b) letrinas secas en vez de inodoros convencionales que operan con agua, c) reserva de agua potable para cocinas y para consumo humano, d) paneles solares para la generación eléctrica de iluminación y ciertos servicios básicos, e) generadores para otro tipo de requerimientos de electricidad para abastecer a los equipos que lo requieran; f) contenedores para la disposición de desechos -sobre todo plástico, vidrios y latas-; g) bio-digestores para desechos sólidos orgánicos que pueden contribuir a la degradación ambiental del entorno (residuos de alimentos, pañales, etc.).

Los elementos construidos de estos módulos podrían ser edificados con desechos, materiales reciclados o escombros, convirtiéndose en ejemplos de cómo reutilizar los recursos para dar nueva vida a los objetos arquitectónicos y a los materiales.


Si esos módulos son adecuadamente diseñados y construidos se transformarían también en elementos de valor estético y de orgullo ciudadano en cada plaza, parque o espacio público de pueblos y ciudades. Al entender su función y utilización en caso de emergencias, la gente los respetaría y cuidaría y podrían ser de enorme utilidad para atención a los ciudadanos.

 
El muy dudoso valor estético de los elementos que se ponen hoy -casi como maquillaje- en los parques de cualquier pueblo, pasaría a tener valores éticos, simbólicos y funcionales de otra dimensión y los espacios públicos cumplirían una función superior en cuanto a la atención, manejo y mitigación de desastres.


Las facultades de arquitectura y diseño podrían realizar concurso y propuestas para que cada espacio público del país cuente con este tipo de instalaciones en el corto plazo.


Quedan ahí estas ideas para que las autoridades del Ministerio de Desarrollo Urbano y de los gobiernos locales puedan usarlas de forma adecuada y responsable en el futuro.

Ojalá algún rato…

4 comentarios:

  1. Queridos amigos , estamos alertas para lo que podamos ofrecer, un abrazo fraterno y solidarion

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  2. Muy buena la propuesta señor Vásconez. Seria interesante que se convierta en una tipo de normativa que deban cumplir todos los municipios. Creo que un punto valido puede ser que cada municipio almacene X cantidad de viviendas emergentes desmontables y estas puedan desplazarse a otros municipios en caso de ser necesario.

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  3. Esta interesante lectura me lleva a pedir al autor una reflexión más de medio año después del terremoto en mención.

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