Como ya he relatado desde diciembre de 2006 el
Consorcio “CIUDAD-Ecogestión tomó a su cargo la administración integral del
Parque Metropolitano Guangüiltagua tras ganar un concurso convocado por el
“Municipio Metropolitano” y la Corporación “Vida para Quito”.
Durante el año 2007, mientras indicábamos
nuestras tareas al frente del Metropolitano, el Municipio de Quito construyó en
la zona sur-oriental del Parque, un magnífico cuartel de bomberos y una unidad
muy completa para la policía montada (que incluía oficinas y cómodas
dependencias para el personal, así como pesebreras, bodegas y corrales para los
animales).
Cuando se inauguraron esas instalaciones
nosotros asistimos como invitados especiales pues los servicios que brindarían,
iban a beneficiar tanto a los vecinos de Bellavista y de otros barrios
aledaños, cuanto a los usuarios, visitantes y personal del Parque.
En los primeros días de diciembre de 2007
recibí la vista del teniente de policía abogado Luis Ganchala, responsable de
la unidad de Policía Montada. Nosotros teníamos muy buenas relaciones con el
teniente Ganchala pues desde su llegada nos apoyó con patrullajes para
garantizar la seguridad del Parque y con la presencia constante de su personal
en todas nuestras instalaciones.
En esa oportunidad venía acompañada de la
señora Ebe Caccio D-Negri responsable de una fundación
llamada “Ángeles en Cuatro Patas”. El
teniente Ganchala y Ebe se conocían por su común pasión por los caballos. Luis
hizo una breve presentación de esta visitante y le pidió que ella misma me
planteara el motivo de su visita.
Ebe me contó que
desde hace algunos años mantenía esa fundación para poder dar servicios de
hipoterapia y equinoterapia a personas con discapacidades, particularmente a
niños de escasos recursos. Hasta ese momento brindaba ese aporte a la comunidad
en las instalaciones del Colegio Militar “Eloy Alfaro” de Parcayacu, pero iba a
tener que salir de allí pues no podía realizar adecuadamente su labor debido a que
el espacio que le prestaban, estaba próximo al polígono de tiro y tanto los
niños, cuanto los caballos se estresaban por el ruido de los disparos.
Me pidió que analizara
la posibilidad de asignarle un espacio en el parque para poder brindar el
servicio de hipoterapia, sometiéndose a las condiciones que estableciéramos
nosotros, pues el servicio en las instalaciones militares ya no podía seguir...
(pues los niños, en vez de mejorar, estaban perdiendo lo que habían ganado,
gracias a los distintos tipos de terapia).
Le pedí que me
presentara una carta de intención y a los pocos días el Consorcio firmó un convenio con ella para la implementación de un Centro de hipoterapia y equinoterapia
denominado “Ángeles en Cuatro Patas” en el Parque Metropolitano Guangüiltagua” tema que fue parte de nuestra propuesta,
cuando nos hicimos cargo del Parque.
Ebe había estudiado
hipoterapia y había tenido bajo su responsabilidad actividades de ese tipo, desde
hace muchos años. Tenía por tanto, la experiencia y conocimientos suficientes
para prestar los servicios que se preveía ofrecer a la comunidad en el
Parque.
De acuerdo al
convenio, ella debía aportar los animales e implementos necesarios para el
funcionamiento del Centro de Hipoterapia y nosotros íbamos a ayudar autorizando el uso
del espacio físico y proporcionando algo de madera y materiales para la
cubierta.
Ebe se encargaría del
mantenimiento, seguridad y cuidado de las instalaciones del Centro de
Hipoterapia y de los espacios que estarían bajo su responsabilidad.
Para implementar el
convenio debíamos resolvimos el tema de la ubicación del Centro.
Cuando recibimos el
Parque pudimos verificar que en su territorio existía una diversidad de
construcciones de todo tipo; varias, totalmente deterioradas y otras, que
podían ser utilizadas a pesar de requerir alguna intervención de mantenimiento
o de reparaciones menores debido al lamentable estado en el que se encontraban
pues habían permanecido abandonadas por muchos años.
Una de esas
construcciones -en estado totalmente ruinoso- se hallaba en un predio que
originalmente ocupó la empresa TV Cable en el sector suroriental del parque,
cerca de las instalaciones de la Policía Montada y de la Estación de Bomberos
que el Municipio construyó en esa zona.
Ese terreno nos
pareció el más adecuado para el funcionamiento del Centro de Hipoterapia pues
tenía accesibilidad por bus por la calle Mariano
Calvache (pasando las instalaciones de Ecuavisa y la Capilla
del Hombre) y facilidades de acceso para vehículos privados gracias al posible
uso del parqueadero “Bellavista” que el parque mantenía totalmente sub-ocupado
en ese sector.
Ebe se comprometió a
colaborar en supervisar y controlar que la infraestructura y espacios naturales
y construidos del parque, previstos para la implementación del Centro de Hipoterapia
fuesen utilizados adecuadamente por parte de usuarios, visitantes, instructores,
estudiantes, empleados y trabajadores, es decir sin riesgo para la seguridad de
las personas y la integridad del parque y sus instalaciones.
Adicionalmente, en el
convenio se estableció que “Ángeles en Cuatro Patas” respetaría y haría
respetar la normatividad del Parque, apoyaría la realización de actividades cotidianas
y eventuales previstas por el Consorcio; ofrecería proactivamente, ayuda e información sobre las actividades del parque
a usuarios y visitantes, recogiendo sus criterios y sugerencias y realizaría otras
tareas establecidas de común acuerdo con el equipo técnico del parque.
En el convenio
quedaba claro que Ebe asumía la operación del Centro de Hipoterapia bajo su
propia responsabilidad y riesgo. Eran de su responsabilidad igualmente el aporte,
manejo, alimentación y cuidado de los animales, el pago del personal que
requiera, el mantenimiento de las instalaciones y espacios del Centro. Ni el
Consorcio ni el parque se comprometía a ningún tipo de pago para esos ítems.
Para el
funcionamiento y cuidado del Centro de Hipoterapia, Ebe garantizaría la
presencia de varios asistentes, debidamente uniformados, identificados y
equipados y podía recibir pasantes para apoyar las actividades que iba a
desarrollar.
En lo fundamental, el
convenio establecía que el Centro de Hipoterapia desarrollaría programas gratuitos
para personas con discapacidades y por esa razón Ebe no pagaría ningún tipo de
arrendamiento por tratarse de una actividad de beneficio social para personas
de escasos recursos y con discapacidades.
Sin embargo,
autorizábamos al Centro de Hipoterapia el cobro de una tarifa reducida a las
personas que desearen recibir clases de equitación en sus instalaciones, para
financiar los gastos y la alimentación de los animales.
El Consorcio iba a establecer
las formas de contratación y de distribución de los recursos que el Centro de
Hipoterapia pudiese recibir por auspicios, publicidad, donaciones, etc. Las
utilidades netas resultantes de la operación del Centro -una vez descontados
los gastos- se repartirían: 70% para el Centro y 30% para el Parque. Para ello
Ebe se comprometía a llevar una contabilidad técnicamente manejada y a cumplir
las obligaciones laborales, impositivas y demás leyes establecidas por la
legislación ecuatoriana. El Consorcio podría someter esa contabilidad a una
auditoria periódica para verificar la situación contable y el cumplimiento de
las disposiciones legales.
En el convenio se
establecía que todas las instalaciones, construcciones e infraestructura que se
realizaran en ese predio quedarían en beneficio del Parque Metropolitano
Guangüiltagua.
Una vez firmado el
convenio, con Ebe hicimos la estructuración de un programa arquitectónico para
establecer los requerimientos mínimos de áreas y espacios para el Centro de
Hipoterapia en el Parque: a) zona administrativa (oficina, aula, consultorio veterinario,
baño, guardianía); b) zona de animales (pesebreras, corrales, cuarto de
monturas, bodega de alimentos, herrería, pista); c) servicios e instalaciones
complementarias para el público (kiosco de refrescos y comida, baños, sitio de
espera y descanso).
Adicionalmente establecimos los criterios
generales de diseño y de construcción de las instalaciones: a) En lo referente
a materiales de construcción, el Centro debería edificarse conjugando
materiales naturales para sus instalaciones, garantizando criterios estéticos
acordes con un parque-bosque y garantizando normas técnicas de seguridad para
visitantes, trabajadores y animales; b) Debería implantarse en medio de
espacios naturales y jardines, respetando el ambiente natural e incorporando árboles
preferentemente de especies andinas; c) Debería prever un manejo sanitario de
altos estándares en bio-seguridad en todos las zonas y servicios que ofrezca a
sus usuarios y visitantes; d) Debería cumplir los establecido en el plan de
acción, establecido por el Consorcio, para la prevención y mitigación de
incendios para el Parque, particularmente en capacitación, manejo de equipos y
evacuación de personas y animales y e) Debería cumplir lo establecido en el
plan de acción, establecido por el Consorcio, para el manejo de desechos
sólidos en el Parque; tendrá un plan de manejo de desechos orgánicos aportado
los desechos para las composteras ubicadas en el vivero del Parque; además
tendrá un procedimiento eco-amigable para el desalojo de desechos inorgánicos
de sus instalaciones.
Con ese programa y
siguiendo aquellos criterios generales de diseño, nosotros hicimos los planos
de las instalaciones y una propuesta de remodelación de la construcción de TV-Cable
y Ebe consiguió varias donaciones y aportes de la empresa privada para la
construcción del Centro de Hipoterapia.
Una firma de
ingeniería realizó una adecuación de los planos y comenzó la construcción de
las caballerizas.
Paralelamente la empresa
MARESA donó 225 hojas de Eternit (de 1,80 x 1,00) para cubrir la casa
remodelada y las pesebreras.
Ebe consiguió donaciones
adicionales y apoyo de otras empresas privadas para financiar las instalaciones
de “Ángeles en Cuatro Patas” en el parque, gracias al apoyo del “Programa de la
Comunidad” de Tele-amazonas.
Se iniciaron las
obras pero desgraciadamente estas se suspendieron por diversas causas.
Con el cambio de la
administración municipal, nuestro contrato no fue renovado, pues el Municipio
decidió que los parques Guangüiltagua e Itchimbía que estaban bajo nuestra
responsabilidad, serían administrados directamente por la Gerencia de Espacio
Público de la EPMMOP-Q; así que dejamos el Parque el 31 de agosto de 2010.
Hasta ese momento las
obras del Centro de Hipoterapia no habían avanzado en absoluto. Parece que Ebe
trató de establecer algún tipo de acuerdo con el Municipio que le permitiera
mudarse al Metropolitano con sus animales y servicios, sin resultados concretos
y efectivos.
Sin embargo las cosas
se debieron precipitar pues el Colegio Militar no le renovó el permiso para que
las clases de hipoterapia siguieran funcionando en sus instalaciones.
Ebe, sin tener otra
opción, desembarcó en el Parque Metropolitano Guangüiltagua con sus caballos y su perros a mediados del 2011.
Se reunió con el Ing.
Álvaro Borja, el nuevo director del Parque, y haciendo uso del convenio que
había suscrito con nosotros, llegó a un acuerdo para poder instalarse en el
Metropolitano con sus animalitos.
Movió cielo y tierra y logró el apoyo de numerosas personas e instituciones para continuar con las obras de adecuación del Centro de Hipoterapia en el terreno que le habíamos asignado en la zona de Bellavista.
Su empuje dio frutos
al poco tiempo. El 28 de octubre de 2011 inauguró el Centro de Hipoterapia y Equinoterapia
“Ángeles en Cuatro Patas” en el Parque Metropolitano Guangüiltagua.
En el acto inaugural le acompañaron autoridades municipales, de la Policía Montada y del Cuerpo de Bomberos sus vecinos cercanos, representantes de las empresas e instituciones que le apoyaron con donaciones y asistencia técnica para la construcción, padres de familia de los niños con discapacidades que asistían a las clases de hipoterapia, representantes de los medios de comunicación y otros invitados especiales.
El Ing. Xavier Arroyo
Gerente de Espacio Público de la EPMMOP-Q intervino para declarar
inauguradas las flamantes instalaciones y resaltó la importancia de este tipo
de servicios para la comunidad y para la
ciudad de Quito.
Ebe tuvo la amabilidad
de invitarme a esa fiesta inaugural pero no puede acompañarla porque ese día
tenía algún otro compromiso; sin embargo le felicité por su esfuerzo y por sus
logros y le deseé suerte en sus encomiables tares en el Metropolitano.
“Ángeles en Cuatro
Patas” ha funcionado en el Parque por casi un año y medio.
Ebe tuvo que dejar allí a su compañero preferido, un magnífico ejemplar llamado “Lucero” (que dio un salto hacia una nube en el cielo de los caballos); consiguió donaciones de otros animales y ha brindado en todo este tiempo apoyo, cariño y bienestar a un sinnúmero de niños y niñas con discapacidades motrices e intelectuales. Los resultados son por supuesto, sorprendentes.
Ebe tuvo que dejar allí a su compañero preferido, un magnífico ejemplar llamado “Lucero” (que dio un salto hacia una nube en el cielo de los caballos); consiguió donaciones de otros animales y ha brindado en todo este tiempo apoyo, cariño y bienestar a un sinnúmero de niños y niñas con discapacidades motrices e intelectuales. Los resultados son por supuesto, sorprendentes.
Hace unos días me
escribió llena de angustia e indignación. Me contó que el nuevo responsable del Parque le pidió que desalojara las instalaciones,
dándole un plazo perentorio hasta el 30
de marzo para hacerlo. Para Ebe esa absurda decisión afecta el sueño de numerosos
niños que se han beneficiado de la hipoterapia en este tiempo y con ello se da
al traste a un proyecte de cooperación público-privado realmente exitoso. Para
Ebe es absurdo construir y crear un servicio para la comunidad, merced al apoyo
de la empresa privada, para luego quitárselo.
Ebe va seguir luchando
por sus niños y por su animalitos. Ya ha conseguido movilizar a la televisión y
a la prensa.
Espero de corazón que su lucha tenga éxito y pueda seguir brindando
atención por muchos años más, a niños discapacitados en las instalaciones que
con tanta pasión logró edificar en el Metropolitano.
Señor Mario Vásconez...
ResponderEliminarBuenas tardes, mi nombre es Raúl Guerrero, soy estudiante de séptimo semestre de la facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Central del Ecuador; quisiera saber de la manera más comedida nos permitiera a mi persona y mi grupo de trabajo (6 personas), realizar una entrevista y un vídeo explicativo acerca de la hipoterapia realizadas en su organización, puesto que para la cátedra de medicina y zootecnia de equinos nos han pedido éste trabajo en ésta área específica.
Le agradezco mucho su trabajo y amabilidad, estaré esperando su respuesta.