La urbanización de empleados y trabajadores de IETEL
Como ya he relatado
desde diciembre de 2006 el Consorcio “CIUDAD-Ecogestión” tomó a su cargo la
administración integral del Parque Metropolitano Guangüiltagua – PMG.
La Municipalidad había
encargado a la Corporación “Vida para Quito” la administración de los parques de
la ciudad entre ellos el “Metropolitano”; las dos entidades resolvieron
promover un concurso al que fueron invitadas varias instituciones para
presentar propuestas para la administración y manejo integral de ese parque y
nosotros nos hicimos cargo de su gestión, tras ganar aquel concurso.
A fines de la década
de los ochenta el municipio declaró de utilidad pública el territorio
localizado en la Loma de Guangüiltagua y fue consolidándose como parque,
mediante la expropiación de los terrenos donde actualmente se asienta ese
espacio público. Entre 2003 y 2010 “Vida para Quito” desarrolló una intensa
labor en cuanto a regularizar la propiedad municipal del Parque Metropolitano
pues todavía existían numerosos predios en situación irregular en cuanto a su
tenencia y al proceso de expropiación.
Cuando nos hicimos cargo
del PMG, en su sector occidental, al costado sur de la vía de acceso principal (que
une la calle Guangüiltagua con la Planta de Agua Potable de la EPMAAP), se podía
observar el trazado de los lotes y las calles de lo que se había planificado como
una urbanización perteneciente a la cooperativa de empleados y trabajadores del
Instituto Ecuatoriano de Telecomunicaciones – IETEL que también fue expropiada
para sumarse al área del actual Parque Metropolitano.
En ese territorio,
los cooperados habían iniciado las obras de urbanización… se excavaron las
zanjas y se realizó el tendido de la red de alcantarillado y si bien nunca
concluyeron las obras de vías y veredas, avanzaron en la apertura y nivelación
de las calles y en la construcción de los bordillos de hormigón en toda la zona.
Cuando se enteraron
que el Municipio iba a declarar de utilidad pública ese terreno, se apresuraron
a sortear los lotes y los entregaron a sus asociados para complicar el proceso
de expropiación. Sin embargo, aunque disponían de documentos que daban cuenta
de la adjudicación de los lotes a favor de cada asociado, nunca lograron contar
con escrituras individuales.
En la lucha que
emprendieron buscando evitar la expropiación, los lotes fueron cercados
(algunos sólo con postes y alambre de púas y otros con cerramiento de ladrillos
o de bloques de hormigón).
Varias casas llegaron a edificarse algunas como
mediaguas y otras con estructura de hormigón armado, paredes de ladrillo o
bloque y diversos tipos de cubierta (teja, asbesto-cemento o losa de hormigón).
Algunas incluso llegaron a ser habitadas, a pesar de no disponer de acometidas
de los servicios básicos.
Como parte de las
acciones desarrolladas por los cooperados tratando de no ser desalojados, hicieron
una instalación precaria de electricidad mediante un enorme
transformador de aceite e iniciaron la construcción de una iglesia.
Todas esas acciones
fueron vanas y finalmente se cumplió la declaración de utilidad pública y la
urbanización de IETEL pasó a ser parte del Parque Metropolitano.
Cuando nosotros nos
hicimos cargo de la gestión de ese parque, tuvimos que quitar las cercas de
alambre de púas, derrocar los cerramientos que demarcaban los lotes, rellenar
las calles existentes para recuperar el perfil original de la loma y restaurar
varias de las casas existentes, reciclándolas para darles diversas funciones
requeridas en beneficio de los usuarios del Parque.
Uno de los problemas
que tratamos de enfrentar fue el de esa edificación inconclusa que
originalmente estuvo prevista como iglesia de la urbanización de IETEL. El
Consorcio “CIUDAD - Ecogestión” la recibió
en obra negra: estructura de hormigón, paredes de bloque, cubierta de asbesto-cemento.
Inconclusa, pero en bastante buen estado.
Retos del Consorcio CIUDAD-Ecogestión para recuperar la
Iglesia del PMG
En enero de 2008
decidimos contratar a un consultor con experiencia para que realice una
propuesta de reciclaje y reutilización de la Iglesia.
Preparamos los
Términos de Referencia para poder disponer de una propuesta de recuperación de ese
edificio para el funcionamiento de un “centro cultural” y de las “oficinas
administrativas” que resultaban indispensables para las actividades
recreativas, turísticas y culturales que el Consorcio realizaba en el PMG.
Así pues, el
Consorcio decidió realizar un concurso privado por invitación
a varios profesionales para buscar a la persona natural o jurídica que pudiera encargarse
de esas tareas.
Solicitamos ofertas a
tres profesionales en función de los “términos de referencia” que preparamos
para tal fin.
Meses después en
junio de 2008, el Comité Técnico del Consorcio se reunió para seleccionar la
propuesta más idónea sobre la base del análisis de la documentación presentada
por los tres oferentes y consideró adecuado contratar al arquitecto Hernán
Burbano para que proceda a realizar la planificación del Centro Cultural y las
Oficinas Administrativas del PMG mediante el reciclaje y reutilización de la
edificación inconclusa conocida como “la Iglesia”.
En el contrato que
suscribimos con Hernán se precisaban sus obligaciones respecto a este trabajo:
a) elaborar un documento escrito que sistematizara su propuesta para la
iglesia; b) elaborar un documento gráfico que sintetizara la propuesta de
reciclaje y reutilización de los espacios de esa edificación; y c) elaborar un
presupuesto estimativo, lo más detallado posible, de los costos que tendría la
propuesta.
Hernán cumplió en los
plazos previstos el contrato suscrito y nos entregó la propuesta con toda esa
documentación (memoria técnica, planos a nivel de anteproyecto y presupuesto).
Estudios del Arq. Hernán Burbano para la Iglesia del PMG
En la memoria técnica,
Hernán señalaba:
La urbanización de IETEL está
localizada en la zona sur-oeste del Parque y se halla conformada por una
retícula de grandes manzanas rectangulares de 100 por 47 metros. La iglesia se encuentra
ubicada en el centro geográfico de la misma, al interior de una de las
manzanas. Para la construcción de la edificación se elaboró un terraplén, por
lo que parte del edificio se encuentra bajo el nivel natural del terreno, ello
le ha producido importantes afectaciones por humedad, sobre todo en sus paredes.
En el entorno no existe arborización
alguna, solamente ha crecido pasto natural.
La colina donde se ubica la ex
urbanización de IETEL ha comenzado a ser revalorizada por la Dirección del Parque
con arborización y vegetación adecuadas; en ella se prevén múltiples usos tales
como zonas de recreación pasiva, con áreas de descanso, de contemplación,
caminatas o recorridos peatonales, gimnasia al aire libre, una zona para
acampar, otra para albergar población desplazada en casos de desastres, etc. Al
momento se están construyendo dos grandes estacionamientos junto a esta zona,
uno en el sector norte y otro en el oeste y se requiere construir una serie de
elementos para complementar y centralizar todos los servicios de atención al
público que estas actividades requieren.
En la construcción llamada “la
Iglesia” localizada en un lugar central dentro de la antigua urbanización; es
posible realizar una propuesta de reciclaje y reutilización de esa edificación para
apoyar e incrementar algunos servicios, tanto para esta zona como para el
parque en general.
Las características de la
edificación son resultado del abandono de una obra en proceso de construcción
realizada por los anteriores propietarios… durante el proceso de expropiación se
detuvo la construcción pero el Municipio, como nuevo propietario, la ha
mantenido sin permitir que se deteriore mayormente… Actualmente el Consorcio CIUDAD-Ecogestión
que tiene a su cargo el manejo integral del Parque Metropolitano Guangüiltagua
se halla empeñado en reciclarla y adaptarla a nuevos usos para beneficio de los
usuarios del Parque”.
En cuanto a la
iglesia, Hernán precisaba en la memoria técnica:
“La superficie construida es de 378,14
m2 y su estado es obra negra sin terminar. Su uso actual es de bodega y vivienda
de uno de los cuidadores del parque, que ha habilitado para ese fin la zona
prevista originalmente como sacristía.
La parte más importante de la
edificación está orientada en el sentido este-oeste, y está conformada por tres
elementos: a) nave central de la iglesia; b) baptisterio y campanario y c) sacristía.
La nave central y el baptisterio se
conforman mediante una estructura de vigas y columnas de hormigón armando y
están limitados por muros perimetrales de bloques de cemento. La cubierta está conformada
por una estructura de cerchas metálicas; a dos aguas (en el caso de la nave
central) y a una sola agua (en el baptisterio), recubierta de láminas de
asbesto cemento que descansan sobre las columnas perimetrales de hormigón.
La fachada norte presenta arcos de
medio punto de ladrillo para conformar las ventanas (que actualmente se
encuentran cerradas con mampostería de bloques de cemento unidos con masilla de
tierra).
La fachada principal (oeste) dispone de ventanas -también tapialadas-
conformadas por dos arcos ojivales de ladrillo y dos de medio punto, uno de los
cuales conforma el vano previsto para la puerta principal que actualmente se
cierra gracias a una puerta improvisada de malla metálica.
La sacristía y el campanario están conformados
por una estructura de columnas y losas de hormigón. En la sacristía se ha
adaptado un pequeño departamento donde habita el cuidador, con un baño y una
cocineta. Dispone de puertas y ventanas en mal estado.
Los pisos de toda la edificación no
se encuentran terminados, solo llegaron a nivel de contrapiso de cemento y se
encuentra en mal estado. Se visualiza bastante humedad debido a las frecuentes
inundaciones y por la posible absorción de la humedad del subsuelo por falta de
impermeabilización y porque su nivel está ubicado bajo el nivel natural del
terreno.
Los muros fabricados en bloque de
cemento de 20 cm. y 15 cm. de espesor no
se encuentran enlucidos ni pintados y evidencian humedad en la parte baja.
La estructura de la cubierta se
encuentra en buen estado, faltando un adecuado mantenimiento de limpieza,
antioxidante y pintura. Las planchas de asbesto cemento se encuentran en buen
estado, aunque un 10% de ellas se hallan agujereadas y deberían cambiarse. Las
restantes deberían ser pintadas por ambas caras con pintura impermeabilizante.
La cubierta no posee recolectores de agua lluvia, lo que deberá preverse en la
propuesta.
La sacristía posee una cubierta de
hormigón sin impermeabilizar. Sus muros presentan evidencias de humedad pues en
este sector no se han dejado suficientes retiros con los taludes del nivel
natural del terreno.
Los espacios exteriores de la zona donde
se localiza la edificación y en general en toda la antigua urbanización IETEL
no existe arborización ni jardinería y solo ha crecido el pasto de manera
natural”.
Propuesta de reciclaje y reutilización de la Iglesia realizada
por el Arq. Hernán Burbano
Conceptos generales de reciclaje y reutilización
La edificación está localizada en un
lugar estratégico y presenta un gran peso visual; por su tamaño podría ser un
elemento simbólico del parque, para lo cual se propone las siguientes
intervenciones:
Transformar las características de
iglesia a un edificio de carácter cultural a un bajo costo; esto se lograría
eliminando todos los elementos que componen la arquitectura religiosa y creando
un volumen puro.
Este centro debe ser un punto de
atracción muy visitado y que posea mucha actividad; para esto se ha previsto
atravesarlo en el segundo nivel por dos ejes peatonales y que el edificio se
convierta en un gran sitio de encuentro.
Dado que la nave central es un gran
espacio rectangular y que posee una gran altura, es posible construir espacios
de gran dimensión y en diferentes niveles y que se puedan realizar en su
interior variadas actividades.
Una de las alternativas que se
propone es el de construir tres niveles sin comprometer la estructura
existente, esto se logra edificando internamente una propia estructura; una de
las posibilidades planteadas es que en el segundo nivel al que llegan dos vías
peatonales sea un sitio de encuentro e información y en la que puede
establecerse la zona administrativa del parque.
En el nivel de planta baja es posible tener tres aulas especializadas que servirían para realizar seminarios y conferencias vinculadas a temas como el cuidado del medio ambiente, aprendizaje y uso de las zonas de recreación, la vegetación, la arborización, la salud, el deporte entre otros.
Y en el tercer nivel existiría el auditorio de uso general para 150 personas con estos mismos fines.
En las zonas laterales, en el baptisterio puede ser adecuada una pequeña capilla ecuménica y sobre la cubierta de hormigón de la sacristía se podría adaptar un escenario para hacer actividades de teatro al aire libre, títeres, danza, música entre otros (la zona de espectadores se realizaría adecuando graderías de césped en los taludes, y para mejor acústica protegiendo la parte posterior con árboles apropiados).
Criterios de intervención
Para transformarlo en edifico
simbólico se prevén las siguientes acciones:
Eliminar la ventanería de arcos de
medio punto rellenándolos y proponiendo en su reemplazo un sistema de
ventanería más económica dejando pequeñas perforaciones que permiten gran
luminosidad con interesantes efectos de luz y sombra en las zonas perimetrales
de circulación de toda la edificación.
Este gran volumen debe ser enlucido
y pintado.
La zona de cubierta que se encuentra
en buenas condiciones se mantiene igual. Como muchas de las planchas de asbesto
cemento que cubren el edificio se encuentran dañadas y necesitan reponerse,
esta reposición se la realizaría con planchas translucidas ubicadas a lo largo
de los dos lados de la nave central, con esto daríamos más confort de
temperatura tanto en aulas y zona administrativa como al eje peatonal
este-oeste
Para cambiar la fisonomía del
campanario se derrocará los muros perimetrales dejando la estructura vista en
sus dos niveles, por el que atravesará el eje de circulación este-oeste (en el
último nivel, actualmente anida un búho y se tratará de protegerlo). Para el
baptisterio se creará una envolvente cúbica dejando la estructura de cercha
metálica y las planchas de asbesto incrementando su tamaño.
La edificación nueva contiene tres
niveles separados de los muros perimetrales existentes, esto se realizará con
estructura de vigas y columnas metálicas con paneles colaborantes de metal en
sus entrepisos y una losa de hormigón armando.
Los acabados de pisos de los tres
niveles se realizarán con enlucidos industriales de alto rendimiento. Las
paredes, para que sean espacios flexibles, se realizarán con paneles de yeso. Las
instalaciones eléctricas estarán montadas y muy bien confeccionadas sin ocultar
sus elementos.
Para las instalaciones hidrosanitarias
se prevé realizar un gran recolector de aguas lluvias con los bajantes de los
mismos en forma vista por fuera del edificio.
Para las puertas exteriores se
trabajará en madera tratada para la protección del sol y agua.
Estos mismos criterios se implementarán
en la capilla ecuménica y en el pequeño escenario.
Los puentes de conexión para
ingresar al edificio serán de madera tratada para exteriores; y toda la
conformación de este gran espacio circular adyacente a la edificación, se lo
realizará solo con movimiento de tierras.
Propuesta de financiamiento para las obras de reciclaje y reutilización de la Iglesia del PMG presentada por el Consorcio “CIUDAD-Ecogestión” a “Vida para Quito”.
En la propuesta de Hernán, el presupuesto estimado para esta obra no llegaba ni siquiera a $ 120.000.
En el contrato suscrito entre la Corporación “Vida para Quito” y el Consorcio, para el manejo del Parque no se había establecido un presupuesto específico para la readecuación de la Iglesia; existían sin embargo, dos rubros para un “centro de recuerdos y artesanías” ($ 264.000) y un centro administrativo ($ 105.000) de los cuales se podría destinar una parte para tal fin.
Enviamos numerosas comunicaciones a “Vida para Quito” en diversas oportunidades pidiendo tomar decisiones para el financiamiento de la obra de restauración de la Iglesia. En carta enviada el 02 de abril de 2009 no sólo insistíamos en que dieran prioridad a esa obra sino que señalábamos detalladamente las ventajas de esa intervención.
En el contrato suscrito entre la Corporación “Vida para Quito” y el Consorcio, para el manejo del Parque no se había establecido un presupuesto específico para la readecuación de la Iglesia; existían sin embargo, dos rubros para un “centro de recuerdos y artesanías” ($ 264.000) y un centro administrativo ($ 105.000) de los cuales se podría destinar una parte para tal fin.
Considerábamos que se
podía invertir un monto aproximado de $ 94.000 del primero y $ 60.000 del
segundo rubro para la rehabilitación de la Iglesia. Con esa inversión se podía
habilitar la iglesia, sin derrocarla, para el funcionamiento del “centro cultural”
y la “administración” del PMG.
Enviamos numerosas comunicaciones a “Vida para Quito” en diversas oportunidades pidiendo tomar decisiones para el financiamiento de la obra de restauración de la Iglesia. En carta enviada el 02 de abril de 2009 no sólo insistíamos en que dieran prioridad a esa obra sino que señalábamos detalladamente las ventajas de esa intervención.
“El PMG podrá disponer en un sitio
céntrico para el funcionamiento de sus oficinas administrativas, funcionales y
de fácil acceso desde los parqueaderos para sus empleados, proveedores,
visitantes, trabajadores, etc.
El PMG podrá disponer en un sitio
adecuado, confortable y protegido para actividades recreativas y culturales:
teatro, títeres, charlas, conferencias, talleres, reuniones, etc., que ese
momento se realizan sin ningún confort en el galpón abierto de la zona
administrativa.
La ubicación de este Centro Cultural
y de la Administración en la antigua iglesia, logrará una desplazamiento del
“Centro” del Parque, que pasaría -en el “imaginario” de la gente- de la “doble
vía” que se usa como parqueadero y del “patio de los jugos” a este edificio
“símbolo” del Parque.
El momento en que la antigua
iglesia se identifique como el “centro
del Parque”, se reducirá la presión por “llegar en vehículo” al parqueadero y a
“los jugos” y la gente aceptará dejar los vehículo en el nuevo parqueadero para
iniciar desde allí, sus caminatas y recorridos o su “contacto” con la
administración y con la oferta de
actividades culturales y recreativas.
La remodelación de la iglesia
acabaría con la presencia “impactante” de una edificación enorme, incompatible
con el entorno natural del parque, que este momento tiene un impacto visual
“espantoso” para los usuarios y visitantes, no solo por su volumen sino también
por su aspecto inacabado, su color gris y sus alrededores y espacios interiores
que tiene un pésimo aspecto.
Esta propuesta permitiría “reciclar”
una edificación existente, sin derrocarla. Eso es interesante para promover la
reutilización como concepto opuesto a “botar lo viejo” y “construir todo de
nuevo”; amén del ahorro de recursos que se gastarían innecesariamente en
demolición y desalojo de escombros.
En la propuesta de manejo del parque
se preveía la edificación de un centro administrativo y otros servicios que no deberán
edificarse al hacerse esta intervención. Se lograría por tanto, una serie de
ventajas para la administración y la atención a los usuarios con una inversión
bastante menor de la requerida para “obra nueva” este es un concepto de manejo
responsable de lo público: “hacer más, con menos”.
Por todas estas razones, parece
indispensable contar con el visto bueno de “Vida para Quito” para emprender
esta obra realmente necesaria para el Parque”.
En julio del 2008 logré que
varios funcionario de “Vida para Quito” nos acompañaran en un
recorrido por el Parque para que pudieran verificar in-situ la necesidad de una serie de obras, entre otras la remodelación de la
Iglesia para que dejara de afear el entorno y pudiera utilizarse para el Centro Cultural y las Oficinas Administrativas del PMG.
Desgraciadamente el
reciclaje y puesta en valor de la iglesia no pudo hacerse realidad.
Mi amigo Hernán Burbano no
fue contratado para elaborar los planos definitivos y nunca pudimos construir esta obra.
Ximena Araujo y César
Burneo de “Vida para Quito” nos dieron permanentemente largas al asunto y nos
negaron sistemáticamente los recursos para esos trabajos por temores sin
fundamento e ideas y prejuicios preestablecidos. Su negligencia impidió que
pudiéramos edificar esa obra
A pesar de disponer
del presupuesto respectivo en nuestro contrato para obras a ser desarrolladas
en el Parque, esos funcionarios de “Vida para Quito” (entidad que nos había
contratado y que debía apoyar y tomar decisiones sobre la construcción), fueron
dando largas al asunto.
Por temores a un posible
rechazo ciudadano a esta iniciativa, trabaron la contratación de los planos
definitivos y de una empresa que pudiera encargarse de la construcción y, a
pesar de haber financiamiento, a la larga, impidieron que pudiéramos edificar
esta singular propuesta.
Por su indecisión y
falta de apoyo no se hizo esa obra arquitectónica que pudo tener gran
trascendencia para el parque y para Quito.
Nuestra propuesta se
“pasmó” en mitad del proceso.
Miserias humanas con
las que tuvimos que bregar durante nuestro trabajo al frente del Parque
Guangüiltagua.
Así es la vida…
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