En un relato anterior he
resumido lo que fue mi participación en el “Foro Global de ONG”, en el
lanzamiento del Globo "Una Gota de Esperanza" y en la redacción del "Tratado alternativo del
agua" durante la Cumbre de la Tierra en 1992. En otro relato he contado igualmente la perdida de mi cámara de
video (que olvidé en un taxi en Río) y la forma extraordinaria como la recuperé
posteriormente, luego de una serie de inexplicables circunstancias.
Ahora
voy a contar sobre un breve período en el que curiosamente fungí como alcalde improvisado
de la ciudad de Machachi durante otro viaje a Brasil en 1990.
En esa ocasión viajamos al Brasil con Diego Carrión por la ruta Quito, Bogotá, Manaos, Sao Paulo.
Habría que comenzar refiriendo que años atrás, en 1983, cuando concluí la
investigación sobre “Movilidad Urbana de los sectores Populares en Quito” que emprendimos
en CIUDAD, con el apoyo del IRT - “Instituto de Investigaciones del Transporte”
de Francia, decidimos que resultaba importante un debate amplio sobre el tema
del transporte, la movilidad y los servicios en general, así que en julio de 1985
organizamos con ese organismo un gran Seminario sobre “Transporte y
Servicios Urbanos en América Latina”. Ese evento fue un gran éxito. Logramos
reunir veintisiete ponentes ecuatorianos, treinta y tres latinoamericanos, once
franceses y tres de otras nacionalidades y publicamos en Francia, en dos
volúmenes, las ponencias, resultados y conclusiones del debate, gracias al
esfuerzo de Etienne Henry y de Oscar Figueroa.
Una de sus más importantes
consecuencias de este evento fue la creación de una “Red de Estudios de los
Servicios Urbanos en América Latina” que bautizamos con el nombre de “REDES”
cuya coordinación se me encargó a mí en un primer momento, mientras se buscaba
la mejor manera de estructurar esta iniciativa.
En enero de 1990 aprovechando
que nos habíamos reunido en Quito un buen número de colegas de “REDES”, decidimos
conformar una estructura organizativa más clara y con responsabilidades
compartidas.
Nos planteamos una serie de
metas y estructuramos un comité de coordinación que finalmente se estructuró
así: nombramos Coordinador General a Alfredo Rodríguez de SUR-Chile;
Coordinador del tema “Agua y Saneamiento” a Mario Vásconez de CIUDAD-Ecuador;
Coordinador del tema “Desechos sólidos” a Gustavo Riofrio de DESCO-Perú,
Coordinador del tema “Vivienda” a Samuel Jaramillo de CEDE/UNIANDES -Colombia,
coordinador del tema “Transporte” a Oscar Figueroa de IEU/PUCCH - Chile y como
vocales a Diego Carrión de CIUDAD-Ecuador, a Mario Lungo de CSUCA - Costa Rica y
a Pedro Santana de FORO-Colombia .
Hacia finales de 1990 tuvo lugar en Sao
Paulo / Brasil, la “V Conferencia Internacional sobre Transporte urbano en los
países en desarrollo” (CODATU V) que se desarrolló en esa gigantesca ciudad
brasilera entre el 24 y el 28 de Septiembre de ese año.
Yo iba a presentar una
ponencia que titulé "¿Qué hacer con los transportistas? o ¿Qué hacer con
el sistema de transporte? - Notas sobre el transporte colectivo en Quito",
pero demás íbamos a aprovechar esa ocasión para reunir al comité de Coordinación
de REDES; así que, con mi amigo y colega de CIUDAD, Diego Carrión, viajamos a Sao
Paulo, para poder asistir a estas
reuniones.
El
primer trayecto, vespertino (Quito- Bogotá), lo hicimos en Avianca y el
siguiente, nocturno (Bogotá-Manaos-Sao Paulo), en la compañía brasilera VARIG.
En
el aeropuerto de Bogotá nos topamos con un grupo de amigos colombianos
y de otros países que iban a tomar el vuelo de VARIG con nosotros.
Estábamos
tomando una cerveza con Diego cuando aparecieron en ese lugar: Samuel Jaramillo y Pedro Santana (los
dos colombianos) y con ellos Mario Lungo de Costa Rica y Regina
Pacheco de Brasil. Los dos últimos habían estado en Colombia durante
la semana previa, en un seminario sobre el “futuro de las ciudades” y se
dirigían ahora a Sao Paulo para poder estar presentes en la CODATU V.
Recuerdo
que el avión era un enorme Jumbo 747, de esos que tienen doble pasillo y ocho
asientos en cada fila; dos hacia las ventanas de cada lado del avión y cuatro
asientos al centro. A nosotros nos tocó en sillas muy próximas. Diego y yo
estábamos en la mitad de una de esas filas de cuatro asientos, Mario Lungo a
un costado y Regina (a quien afectuosamente llamamos Biba) del otro. En la fila
de atrás venían Samuel y Pedro Santana quien, con su
gran elocuencia, no paró de conversar durante toda la noche, incluso poniéndose
de pie, para hacer participar de sus historias no sólo a su vecino sino a los
de la fila de adelante.
Al
poco tiempo de haber despegado de Bogotá, las azafatas sirvieron una muy buena
cena… que disfrutamos acompañada de una copa de vino tinto.
Al
finalizar, alguien comentó que sería bueno tomar una copita de coñac antes de acomodarse
para pasar la noche, algún otro amigo mencionó que no era seguro que sirvieran digestivos en clase turista…
A
Pedro se le ocurrió que Biba podía dirigirse a la azafata -en portugués- y echarle
una mentira piadosa, diciéndole que yo (el único con traje y corbata) era el alcalde
de alguna ciudad ecuatoriana y todos los demás, mis asesores… que estábamos
viajando a Río para participar en un evento internacional… y que le había pedido
consultarle si podía servirnos una copa de coñac después del café.
Biba
se prestó al juego… me preguntó el nombre de alguna localidad pequeña y yo le
respondí lo primero que se me ocurrió: -“Machachi”, dije.
Llamó
a la azafata y le lanzó la pregunta… ella me miró… yo hice un leve movimiento
de cabeza -como saludándola- le sonreí con amabilidad -como respaldando la
pregunta formulada por Biba- y me quedé -con cara de interrogación en los ojos-
esperando…
Ella respondió que iba a ver lo que podía hacer…
Vimos
que hablaba primero con una colega junto a la cortina que separaba nuestra cabina
de la clase ejecutiva. Luego llamaron a la “jefa de cabina”, le explicaron la situación
y por varios minutos, las tres discutían y argumentaban… era evidente que habíamos
originado un lío… No alcanzábamos a escuchar lo que decían, pero seguíamos con atención
sus gestos, sus miradas y sus expresivas manos que no paraban de moverse de
manera delicada y armoniosa cuando una u otra hablaba a las demás…
Por
fin la “jefa de cabina” se acercó a Biba y le consultó algo de manera discreta.
Ella
le respondió algo que no logramos escuchar y la chica se retiró nuevamente
hacia la cortina…
Biba
se puso a reír casi de inmediato, escondiendo su cara tras el respaldo del asiento
delantero para que no la vieran… nos contó a Diego y a mí, sin parar de reír,
que la consulta hecha por la “jefa de cabina” era si “el señor alcalde, no se
molestaría si nos servía el licor en vasos de plástico, pues no tenían copas
de coñac a bordo…
Biba
le había respondido que creía que no habría ningún problema, pero que -de todas
maneras- iba a consultarme… Me preguntó: - “Señor alcalde: ¿le molestaría que sirvieran
el coñac en vasos de plástico?... añadiendo a continuación; -“Parece que no disponen
de copas apropiadas en el avión y la señorita está preocupada de no poder
brindarle la atención adecuada que usted se merece…”
Biba
llamó a la muchacha y yo, poniendo la cara más seria y más democrática que me
fue posible, respondí que no tenía ningún inconveniente en aceptar su
amabilidad, tomar el coñac en vaso de plástico y que -más bien- le agradecía, muy
sinceramente, por su gentileza….
La
chica se retiró y se acercó a parlamentar con sus colegas. Una salió disparada de
inmediato, hacia la cabina de la clase ejecutiva del otro lado de la cortina y
regresó al poco tiempo, con un charol en el que había acomodado con esmero una
botella de coñac francés VSOP, seis vasitos de plástico e igual número de servilletas.
Sin
embargo no nos sirvieron de inmediato… la “jefa de cabina” se acercó nuevamente
a Biba y le susurró alguna cosa al oído.
Biba
le respondió que creía que no habría ningún problema, pero que -de todas
maneras- iba a consultarme… Me preguntó en español: - “Señor alcalde: ¿le
molestaría que la señorita nos sirviera solo una primera ronda de coñac?...
-“Parece que a partir de un determinado momento luego del despegue ya no pueden
servir licores y ella está preocupada de no poder brindarle una segunda copa si
eventualmente usted así lo deseara…; añadiendo a continuación: -“Sin embargo,
propone dejar la botella para que -si a usted o a alguno de sus asesores- les
provocase otra copa de coñac, se puedan servir sin problema”…
Poniendo
la cara más seria que me fue posible, respondí que no tenía ningún
inconveniente en aceptar su amable sugerencia, que nos dejara la botella y que
agradecía muy sinceramente, su gentileza….
Mario Lungo no tomaba licor, Biba sólo tomó una primera copa,
así que el alcalde de Machachi y el resto de sus asesores tuvimos que dar buena
cuenta de la botella para no desperdiciar su delicioso contenido…
No
recuerdo el aterrizaje ni la escala en Manaos y llegamos a Sao Paulo todavía bastante
entonaditos.
Felizmente
era un coñac de buena calidad, al día siguiente pusimos comenzar nuestro
trabajo sin mayores estragos…
En
el vuelo de regreso no osé lanzar nuevamente mi candidatura y mi período como
alcalde de Machachí duró sólo las pocas horas del trayecto de Bogotá a Sao Paulo;
pero fue un mandato fructífero y con mucho debate e intercambio de puntos de
vista entre la primera autoridad y su equipo internacional de asesores….
Señor Alcalde,
ResponderEliminarha sido un honor servirle de interprete para tan noble misión. Y una vez alcalde, siempre alcalde: caso necesites nueva ayuda en los cielos, para asuntos digestivos, puede llamarme por teléfono, aúnque mejor sería si yo estuviera junto para poder compartir de la ocasión.
si me permite, sin querer discordar de su Excelencia, yo preguntaría si no fuera el retorno de San Jose de Costa Rica...
Saludos al pueblo de Machachi.
Biba