Como ya he relatado desde diciembre de 2006 el Consorcio “CIUDAD-Ecogestión tomo a su cargo la administración integral del Parque Metropolitano Guangüiltagua tras ganar un concurso convocado por el “Municipio Metropolitano” y la Corporación “Vida para Quito”.
Como parte de nuestras obligaciones diseñamos un plan para el “Manejo Responsable de Perros” en el parque; ese plan buscaba constituir al Parque Metropolitano Guangüiltagua en un referente del adecuado comportamiento ciudadano en torno al manejo y cuidado de los perros en los espacios públicos, mediante la ejecución de actividades recreativas, formativas e informativas para la ciudadanía, implementando espacios apropiados dentro del entorno natural de un parque-bosque y con la participación de personas, asociaciones, universidades y otras instituciones relacionadas con el tema.
El plan pretendía cubrir diversos aspectos como: educación y formación -de personas y perros-; crear una cultura ciudadana para el manejo responsable de los perros en espacios públicos; recreación y adiestramiento deportivo y manejo y control de perros callejeros.
En el marco de ese plan dimos inicio a la campaña “Tú y tu perro en el Parque” con una actividad pública y masiva, que contó con la presencia de más de tres mil personas y una amplia cobertura de los medios de comunicación. Esa campaña estuvo orientada a generar una conciencia diferente entre los usuarios del Parque sobre el manejo responsable de los perros en los espacios públicos, promover dueños responsables y perros sociables.
El evento marcó el inicio de una campaña permanente con el fin de disminuir los conflictos ocasionados por la falta de conocimiento de las normas y de responsabilidad de los dueños de perros dentro del parque. Impulsamos presentaciones artísticas de sensibilización e información, actividades lúdicas, eventos de socialización canina registro canino y test de carácter de los perros. Realizamos todas estas actividades para difundir y promover acciones responsables en el marco de la Ordenanza No. 128 referida a la tenencia de mascotas.
Para esta campaña diseñamos con el concurso de nuestros colegas de TRAMA, Rómulo y Juan Moya y Nancy Carchipullas, diversos materiales muy atractivos: trípticos y volantes, fundas para recoger los excrementos, hojas para pintar y banners informativos sobre el “rincón perruno” y el registro canino.
Planificamos con la ayuda de Pedro Calle y Fabricio Lalama, la construcción de un “rincón perruno”, espacio dedicado a los perros que visitan el parque y a sus dueños, con el fin de fomentar la recreación y la práctica de deportes, brindar los servicios de registro canino, atención veterinaria, talleres de socialización, educación y adiestramiento canino, a más de espacios para exhibiciones y actividades educativas. Esta iniciativa no se pudo hacer realidad por la falta de apoyo de los funcionarios de la corporación "Vida para Quito".
Durante el período que el Parque estuvo bajo nuestra responsabilidad, todos los domingos se llevaban a cabo actividades de “socialización canina”, con el apoyo del Instructor Carlos Charry, como un medio para que las personas aprendan a cuidar y manejar a sus perros y mejore la convivencia en este espacio público. A cada evento asistían en promedio unas ciento cincuenta personas con sus perros.
Como parte de nuestro trabajo en el Parque, impulsamos una consultoría para formular un documento pedagógico denominado “Estrategia educativa para el Parque Metropolitano Guangüiltagua” y, luego, editamos en versión impresa y digital el producto de ese trabajo: "El parque educa" (Módulo educativo para el Parque Metropolitano Guangüiltagua).
Uno de los componentes era precisamente referido al manejo responsable de perros en un espacio público. La idea era llegar con esos materiales a niños y jóvenes de escuelas y colegios, pero también a la ciudadanía en general para generar cambios positivos y de respeto en sus comportamientos frente al espacio público y los demás.
Una de las primeras cosas que hicimos al hacernos cargo de la administración del Parque Metropolitano Guangüiltagua fue elaborar el reglamento del Parque, dirigido a: administradores, visitantes, usuarios, vecinos, moradores, prestadores de servicios, contratistas y trabajadores, con el objeto de regular el comportamiento ciudadano.
El Reglamento se difundió por diferentes medios -afiches, banners, hojas impresas- en distintos canales (carteleras, accesos, en los PAI policiales de Bellavista y el Batán, en el Centro de Información del Parque y en nuestras oficinas).
Se realizaron talleres de divulgación, difusión y debate del reglamento del Parque dirigidos al personal técnico del consorcio y de las microempresas que brindaban sus servicios en el Parque en actividades de seguridad, guardabosques, guías, mantenimiento, jardinería y limpieza.
Se imprimió una versión de bolsillo del reglamento para que los colaboradores lo porten consigo en todo momento y lugar. Este plegable serviría igualmente para su divulgación a los visitantes y a las personas interesadas. Los diversos medios dieron una importante cobertura a esta información.
En relación a los perros, el reglamento del Parque mencionaba lo siguiente en el capítulo referido a las mascotas: Los visitantes que ingresaren al Parque con sus mascotas, serán responsables de que éstas circulen con la correa correspondiente. Solo se podrá dejar sin correa a los animales en los lugares establecidos para tal fin. Los propietarios de las mascotas que se hallaren en el Parque serán responsables de recoger y limpiar los excrementos de éstos. Los entrenadores y paseadores de perros sólo podrán concurrir a las zonas y en los horarios acordados por escrito con la administración del Parque y deberán responsabilizarse de la limpieza y disposición en los basureros correspondientes, de los desechos de esos animales. Los propietarios de las mascotas que se encuentren en el Parque serán los únicos responsables por molestias, daños o mordeduras causadas por sus animales. De ninguna forma la Administración del Parque podrá ser responsabilizada ante estas eventualidades
Sin embargo después de unos meses al frente de la administración del Parque Metropolitano Guangüiltagua nos dimos cuenta que allí había una infinidad de problemas y conflictos relacionados con los perros: agresiones reales (ataques, gruñidos, ladridos, mordidas) o agresiones sicológicas (intimidación, miedo, pánico, susto) a diversas personas: ciclistas, trotadores, caminantes, dueños de otros perros o visitantes (niños, jóvenes adultos o ancianos); agresiones y peleas entre perros; molestias y quejas de los diferentes tipos de visitantes y usuarios por la existencia de excrementos de perros en los senderos y espacios del Parque; negativa de diversos visitantes a acatar las disposiciones de conducir a sus perros con traílla al interior del Parque, aduciendo que el Parque es “un espacio público”; deterioro de la imagen del Parque y daño ambiental porque los perros vacían los basureros y esparcen la basura en busca de alimentos; disputas, peleas, agresiones y reclamos entre diferentes personas motivadas en los problemas con perros; reclamos, quejas, denuncias y hasta agresiones, de los usuarios a los guardabosques y al personal del Parque por los mismos conflictos; reclamos, quejas, denuncias a los medios de comunicación y a las autoridades pidiendo solución a los mismo; grave impacto ambiental a la fauna del Parque causado por perros (ataques y matanza de las llamas, ataque y muerte de animales de la fauna nativa del Parque: conejos, armadillos, chucuris, raposas, zorros, aves, pequeños roedores, anfibios, reptiles y venados de cola blanca; destrucción de nidos, huevos, madrigueras y crías); incremento de la incidencia de ese problema por la ”bondad” de personas que concurren al Parque para alimentar a los perros cimarrones, sueltos, perdidos o abandonados; eso hace que aquellos perros fijen su morada en las quebradas y espacios del parque y “complementen” su dieta depredando la fauna nativa.
Por todas esas razones y debido a gran superficie de aquel parque-bosque y a la diversidad de actores involucrados en el tema “perros”, vimos que era necesario dictar normas que regulasen el comportamiento ciudadano en el Parque y elaboramos un reglamento específico para el tema perros en el Metropolitano.
En la introducción a este instrumento mencionábamos que en el Parque Metropolitano existían diversos tipos de perros -agresivos o sociables- que generaban diversos tipos de problemas y conflictos, por ello resultaba indispensable unificar -en un solo cuerpo- distintas normas generales con la finalidad de velar por la seguridad y la convivencia de todos los actores del parque; propiciar el ejercicio de los derechos ciudadanos estableciendo con claridad los derechos pero también las obligaciones ciudadanas en un espacio público; propiciar la educación ciudadana y generar actitudes respetuosas a las demás personas, los animales y la naturaleza; salvaguardar la fauna nativa y las espacies que viven en el Parque; delimitar las responsabilidades de la administración respecto al tema perros y facilitar el conocimiento y cumplimiento de esa normativa por parte de los ciudadanos.
En ese reglamento se establecieron las siguientes prohibiciones:
- Soltar a los perros en el Parque
- Ingresar con perros agresivos o poco sociables con las personas y otros perros.
- Ingresar con perros cuando los dueños estén bajo la influencia de alcohol o drogas.
- Amarrar a los perros en las edificaciones, cercas, vías, senderos y espacios verdes del Parque.
- Abandonar perros en el Parque.
- Usar espacios no autorizados del Parque para adiestrar perros.
- Alimentar a perros callejeros, cimarrones abandonados o perdidos.
- Permitir que los perros que ingresan o viven en el Parque cacen, capturen o maltraten a otros animales: mamíferos, aves, reptiles o insectos; o destruyan sus nidos o madrigueras.
- Enterrar o depositar perros muertos en las quebradas y otros cuerpos receptores.
- Utilizar al bosque como baño público de perros; para ello los visitantes deben utilizar en forma adecuada los espacios señalados en el Parque y hacer uso de las fundas y basureros previstos para tal fin.
Fue un marco normativo bastante completo pero difícil de aplicar por la poca colaboración de los usuarios y de las autoridades.
Dos de los temas más complicados que tuvimos que enfrentar en relación al manejo de los perros fuero: el de los perros de los moradores del Parque y el de los perros callejeros.
En el extremo nor-occidental del Parque se ubica la Comuna Miraflores en un terreno colectivo de aproximadamente cinco hectáreas en el que viven 73 familias en 85 lotes. La Comuna Miraflores obtuvo su personería jurídica en 1991 y está conformada por antiguos trabajadores de la Hacienda Miraflores y por sus descendientes. Casi todas las familias de la comuna tenían perros.
Igualmente los cuidadores de las antenas de diversas radioemisoras y de varias casas y otras edificaciones existentes en el Parque, tenían perros, muchas veces agresivos
El Consorcio, en coordinación con la Directiva de la Comuna Miraflores, obtuvo el apoyo de la Fundación Protección Animal (PAE) con el propósito de mejorar el manejo de los perros de los comuneros y de los cuidadores. Se realizaron charlas informativas, tareas de vacunación y desparasitación y se acordó la asistencia de PAE para dormir a los animales que se encontraban en malas condiciones. Sin embargo muchos de los moradores y cuidadores siguieron manteniendo a sus “perros guardianes” que generalmente eran poco sociables y nos originaban problemas con los visitantes.
Otro grave problema del Parque era el de los perros callejeros o cimarrones, escapados, perdidos o abandonados que habían hecho del Parque su sitio de vida, algunos eran sociables pero la mayoría eran agresivos y atacaban a los visitantes y a sus perros. Las quebradas y los matorrales del PMG se habían convertido en el hábitat de al menos cuatro manadas de perros callejeros. El número de esos animales se incrementaba constantemente por el nacimiento de numerosos cachorros y por dos factores adicionales: las perras en celo atraían a muchos machos de las inmediaciones y al hecho de que usuarios desaprensivos concurrían al parque para abandonar allí a perros de todo tipo que ya no podían -o no deseaban- cuidar en sus casas. A este grave problema se sumaba el que visitantes de “buen corazón” concurrían al parque para “alimentar” a estas manadas de perros cimarrones.
El resultado era dramático: numerosos animales agresivos, sin vacunas, portadores de cualquier tipo de enfermedad, que atacaban a los perros de los visitantes y a los usuarios del parque; que vaciaban los depósitos de basura propiciando mal aspecto y generando la presencia de roedores y moscas y lo que es más dramático, acabando con la fauna nativa: conejos, zarigüeyas; armadillos, chucuris y otros animalitos que antes eran muy frecuentes en el parque estaban siendo diezmados por los perros salvajes. Es el caso de las tucurpillas, una variedad de tórtola pequeña que anida en el suelo y que prácticamente ha desaparecido del Metropolitano.
Incluso las llamas, de alguna manera el símbolo de la fauna andina en el Parque, sufrieron el ataque de estas manadas de perros. Debimos destinar una persona para encargarse del pastoreo de las llamas durante el día y de protegerlas en un redil en la noche, para evitar que los perros las ataquen y las devoren como ya había acontecido en el pasado.
Recibimos varias denuncias de ataque de perros, sobre todo de propiedad de los cuidadores de las antenas de las radios El Tiempo y Democracia. Dos de esas denuncias se concretaron por escrito e incluso en uno de los casos se nos amenazó con seguir acciones judiciales si el problema no se solucionaba.
Tuve que reunirme con los afectados y les entregué información verbal y documentación sobre el esfuerzo desplegado por el Consorcio para enfrentar el tema perros. Los afectados recibieron la información pero estructuraron un documento de queja ante las dificultades para llevar a la práctica la ordenanza y reglamentos referidos a perros en el PMG.
En este contexto y frente a todos los problemas mencionados -para nosotros- las acciones debían ser responsabilidad de “todos”: de autoridades, administradores, usuarios, vecinos y propietarios de perros: Durante nuestra administración coordinamos trabajo con distintas personas y entidades que trabajan con perros y propiciamos una serie de reuniones con diversas entidades que estaban involucradas en este tema: la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Policía Metropolitano, Protección Animal Ecuador y las administraciones Zonales del MDMQ.
Con ellos visitamos a los propietarios de perros agresivos para informarles sobre el manejo de perros en espacios públicos, sus deberes y responsabilidades.
En otros casos apoyamos la captura de perros abandonados y de perros agresivos de propiedad de los cuidadores de las antenas de las radios.
Durante el período en que administramos el Parque impulsamos diversas actividades que buscaban resolver estos conflictos; sin embargo requeríamos una mayor colaboración de usuarios y visitantes del Parque.
Quienes ingresaban con sus perros; hacían caso omiso de las instrucciones de la administración o de los guardabosques en relación a la obligación de conducir a sus animales con collar y traílla y tampoco había apoyo en lo que se refiere a la recolección de los desechos de los perros.
Este es un tema en el que permanentemente estuvimos empeñados, pues a la larga se requiere un cambio en la cultura ciudadana: ¿cómo disfrutar del espacio público sin causar inconvenientes a las demás personas?. Cada persona tiene “derecho” a disfrutar del Parque pero los demás tienen “derecho” a no pasar sustos, apuros o agresiones por animales sueltos y -por supuesto- tienen el “derecho” a disfrutar del césped sin toparse con una desagradable sorpresa en la suela del zapato.
Quienes deseen ver otras fotos del Parque pueden visitar el sitio:
A quien puedo acudir cuando estas normas no se cumplen? mi perro fue atacado por otro la semana pasada, los perros caminan sin correa por el parque y los guardaparques me dijeron que no hay ninguna norma que no me queje.
ResponderEliminarEste momento los parques Metropolitano e Itchimbía, dependen de la EPMMOP-Q y específicamente de la dirección de "Espacio Público", cualquier denuncia puede dirigir al Ing Javier Arroyo que es el Gerente de esa dependencia Municipal...
EliminarEl concejal Norman Wray estaba impulsando una ordenanza referida a este tema. Desgraciadamente no se centró en el control de perros en los espacios públicos y derivó en una cosa muy genérica sobre la "fauna" en el DMQ...
Lamento que haya pasado por ese problema... Como ha podido leer en mi relato, la falta de colabooración de los usuarios y la falta de apoyo de las autoridades fue un dolor de cabeza permanente para nosotors cuando tuvimso a nuestro cargo la gestión integral de esos dos parques...